Mientras en Europa se procuraba cambiar la estructura de poder de naciones independientes mediante recursos intelectuales aportados por la filosofía de la ilustración de holandeses, ingleses y franceses, en América protagonizaban contra Inglaterra, sus colonias de norte América, la rebelión de los criollos, quienes lograron emanciparse proclamando un gobierno republicano federado que llamaron The United States of America, mientras Holanda e Inglaterra introducían reformas para limitar el poder absolutista de sus monarquías.
No así en Francia, revuelta por el virus de la inconformidad, porque las grandes riquezas generadas por sus colonias esclavistas, dispendiadas por la monarquía, no llegaban a los habitantes de los estratos sociales bajos, impulsando su protagonismo en una sangrienta revolución que desembocó en la anarquía de la República Francesa, el Imperio de Napoleón, y la declaración de autonomía del general triunfante negro de Saint Domingue Toussaint Louverture, que había vencido a los gobiernos coloniales de Francia, España e Inglaterra, y luchado contra criollos y franceses, ingleses y españoles, contra mulatos y negros sumisos, y obligado al gobierno francés a nombrarlo gobernador ad vitam. Al proclamarse emperador, Napoleón procuró restaurar la esclavitud en las colonias americanas que habían convertido a Francia en país rico y próspero, reconvirtiéndolas en colonias esclavistas, pero su propósito fue total fracaso. Quedó la fracasada misión de la Armada y la derrota de Inglaterra en el norte, solo como historia social americana, del dominio de los criollos en los Estados Unidos, y de los esclavos en Haití.
Fueron esas experiencias las que se conocieron bien en toda América, entre otras razones, porque luego un criollo latinoamericano de Venezuela, Francisco de Miranda, quien participó en la revolución americana y la francesa, y en otras contiendas bélicas, encabezó el proceso de liberación nacional latinoamericano que en Venezuela se inicia con la siguiente declaración: “La Junta de Caracas notifica oficialmente a la Regencia que ha tomado la soberanía de su provincia, dado el estado de disolución del gobierno de España, y que retendría y usaría ese poder hasta el regreso de Fernando VII o hasta que se formase en España un gobierno constituido por Cortes convocadas según las leyes, con la correspondiente representación de los reinos, provincias y ciudades de Indias.” (Wikipedia).
La junta de Caracas encargó a Francisco de Miranda la ejecución de su Declaración, nombrándolo Dictador Plenipotenciario y Jefe Supremo de los Estados Unidos de Venezuela. La guerra de liberación de Sudamérica fue larga y sangrienta, y se da por terminada la acción militar con la victoria de Sucre y Bolívar en el Alto Perú, y el Congreso Anfictiónico de Panamá.