Julio 2 es una verdadera fábrica de los sueños. Ayer, como todos los años, hubo un festival de firmas de muchachos con apenas 16 años de edad, quienes, en la mayoría de los casos, en un santiamén pasan de la extrema pobreza a la abundancia económica total, todo a través del béisbol.
Imagínense lo chocante, impactante, fuerte o desequilibrador que puede ser para un bisoño de 16 años no tener ni para comprar un par de calzoncillos y al día siguiente amanecer con más millones que Rico MacPato.
Uno de los tantos prospectos que firmaron ayer con equipos de las Grandes Ligas recibió 1.8 millones de dólares. Eso, convertido a una tasa de 41.80, equivale a poquito más de 74 millones de pesos dominicanos. Es verdad que hay descuentos impositivos, pagos de porcentajes a los entrenadores y otras tajadas que se deducen de ese total, pero, con todo y eso, todavía es una cantidad que impacta y vuelve loco a cualquiera.
Hemos visto casos de prospectos que malgastan todo su dinero a la velocidad de la luz, porque sencillamente se manejan de la peor manera posible y muchas veces resultan engañados, amén de que su entorno llega a convertirse en el peor enemigo.
Además hay casos en los que también los jóvenes pierden la motivación a seguir jugando pelota y toman el peor camino posible. La historia nos muestra a dueños de grandes bonos por firma que han desaparecido del béisbol en cuestión de meses.
No todos tienen la suficiente zapata hogareña para aguantar la presión que conlleva ser millonario de la noche a la mañana. La familia siempre es la clave de todo. Está llamada a ser un ente de equilibrio después que un jovencito cambia de vida tan drásticamente.
Otro de los factores a tomar en cuenta es el bajo grado de escolaridad de esos prospectos. Es verdad que en las academias de béisbol le siguen educando, pero nada como el sistema educativo convencional. Las Grandes Ligas debe velar porque esos prospectos se mantengan en las escuelas, porque si no es así siempre habrá una competencia desleal.
Sólo espero que este Julio 2 sea parte de la diferencia.