Las primeras referencias sobre la llegada del cafeto a América datan del siglo XVIII, tras recibir el rey Luis XIV de Francia unas plantas de café como regalo del municipio de Ámsterdam, que fueron conservadas en los invernaderos reales.
Años más tarde, en 1723, una parte de esas plantas fue embarcada de forma clandestina por el capitán de infantería Gabriel de Clieu, quien era Gobernador de la isla de Martinica, con destino a América. Tras un difícil y largo viaje, el cafeto fue plantado por el propio Clieu en su jardín, del cual obtuvo la primera cosecha en 1726, tres años después. Más tarde se extendió en las cuestas del Monte Pelée en Martinica y Santo Domingo y cincuenta años después, se contaban ya, 19 millones de plantas solo en Martinica.
Pasado un tiempo, los portugueses introdujeron el cafeto en Brasil; más adelante, los ingleses hicieron lo propio en Jamaica y Cuba, y los españoles en Colombia.
En 1722 se encuentra café en Cayena y en 1730 en La Martinica. En 1731 en Jamaica y Santo Domingo. Es desde el territorio que hoy conocemos como Santo Domingo, que el cultivo de café se extiende al resto de los actuales países productores de América.
Con la llegada del café a Europa se marca el inicio de su viaje hacia las que son consideradas como las dos zonas de mayor producción que existen en la actualidad, que son: América y Asia.
Holanda fue el país que primero llevó a la isla de Java, su colonia del sudeste asiático, el cafeto. Esta iniciativa le permitió, en 1700, posicionarse como la primera potencia cafetera del mundo, controlando los precios internacionales.
Gracias al éxito y a la rentabilidad que la producción de café ofrecía a los países que lo cultivaban y comercializaban, otros países con colonias en América, como Portugal o Inglaterra, impulsaron su cultivo, inspirados en el bienestar que sus vecinos obtenían con la comercialización del producto.l
El café llegó a Europa alrededor del año 1600, gracias a los esfuerzos de mercaderes venecianos. De acuerdo a datos históricos, cuando el café llegó a Europa, algunos aconsejaron al papa Clemente VIII prohibirlo, alegando que esta bebida representaba una amenaza de los infieles. Pero, después de haberlo probado, el papa bautizó la nueva bebida, tras exclamar que “dejar sólo a sus infieles el placer de esta bebida sería una lástima”.
Oposición a su consumo
Aunque tuvo que vencer muchos obstáculos, el café logró una gran acogida entre los monjes ya que según sus propias palabras, éste le permitía mantenerse despierto durante mucho tiempo y “mantener el espíritu limpio”.
Los musulmanes, celosos de sus plantas de Coffea arábica, prohibieron su exportación. Un dato interesante es el que recoge que en el año 1650, un peregrino musulmán, Baba Budan, quien consiguió siete plantas en la India y las plantó en Mysore, cuyas plantas descendientes subsisten todavía hoy.
Cuando en el siglo XVII llegó por primera vez el café a Europa, algunos sacerdotes católicos lo llamaron una amarga invención de Satanás, pues lo veían como un posible sustituto del vino, el cual, en su opinión, había sido santificado por Cristo. Sin embargo, según el libro Coffee, se dice que el papa Clemente VIII probó la bebida y al instante quedó cautivado. Para resolver el dilema religioso, bautizó simbólicamente el brebaje, haciéndolo así aceptable para los católicos.
En la década de 1650 comenzó a ser importado y consumido en Inglaterra, y se comenzó el auge de las cafeterías en Oxford y en Londres.
El café comenzó a cultivarse en las colonias inglesas, pero las plantaciones fueron devastadas por una enfermedad y finalmente sustituidas por plantaciones de té. En 1696, los holandeses lo hicieron cultivar en Indonesia y en Java. En 1714, el capitán de infantería Gabriel Mathieu de Clieu ocultó un esqueje de una planta de café ofrecida por Holanda al rey Luis XIV de Francia y conservada en los invernaderos reales para establecerlo en las cuestas del Monte Pelée en Martinica, en Santo Domingo y Guadalupe. Cincuenta años más tarde, se cuentan 19 millones de plantas en Martinica.
Amenazas
La principal enfermedad del café es la roya, causada por el hongo (fungi) Hemileia vastatrix, o Urediniomycetes, que le da una coloración característica a las hojas e impide la fotosíntesis de la planta. En 1869, este parásito destruyó completamente, en un período de 10 años, las plantaciones de Sri Lanka. Este prolifera sobre todo en las plantas de arábica. El robusta ha demostrado ser más resistente. La broca o taladrador del grano de café (Stephanoderes hampei) ataca indiferentemente a las plantas de robusta y de arábica, destruyendo los granos. La amenaza que representan estos insectos es considerable.
Hasta para remedio…
Contrario a lo que se ha afirmado, el café es beneficioso para la salud y su consumo ayuda a evitar enfermedades tan graves como la diabetes.
Se ha comprobado que tomar una taza de café disminuye o elimina el dolor de cabeza, pues éste se debe a la tensión de los vasos sanguíneos del cerebro y el café puede dilatarlos. También favorece el efecto analgésico de la aspirina.
No es de extrañar que en el futuro se utilicen fórmulas de cafeína en la elaboración de medicamentos para evitar coágulos sanguíneos que causan ataques cardíacos y embolias cerebrales, ya que múltiples estudios han demostrado que el café no sube la presión arterial, ni afecta el ritmo cardíaco, ni provoca ataques cardíacos. Puede reducir el riesgo de padecer el mal de Parkinson. Una persona que no toma café tiene de dos a tres veces más probabilidades de desarrollar esta enfermedad que quienes sí lo toman.
La cafeína dilata los bronquios, combate las crisis de asma y otras alergias. Incluso, la cafeína es una de las principales sustancias de muchos medicamentos para problemas respiratorios.
Varios estudios han comprobado que tomar una taza diaria de café ayuda a prevenir la formación de cálculos renales y biliares. El café tiene un efecto diurético y mediante el incremento de la eliminación de orina se desechan minerales que podrían acumularse.
En la prevención de enfermedades
Consumir más de dos tazas diarias de café previene varios tipos de cáncer como el de colon o de vejiga, pues el café contiene 300 sustancias benéficas y antioxidantes. Incluso, podría ser base para nuevos medicamentos para combatir el cáncer. Se ha demostrado que el consumo diario de dos tazas de café no afecta la reproducción ni genera ninguna consecuencia negativa en una mujer embarazada. Hay estudios que demuestran que la cafeína no es tóxica en los niños normales. Sólo en los niños hiperactivos debe ser restringida, pues es un estimulante. Ayuda a prevenir la caries, ya que evita el crecimiento de bacterias en la boca, si se toma sin azúcar ni leche. Estudios publicados por centros de investigación con reconocimiento mundial, establecen que el consumo moderado de café (cuatro tazas diarias) ayuda a sobrellevar la depresión, pues es un estimulante natural que brinda energía. Según investigaciones, tomar entre tres y cuatro tazas de café al día podría reducir hasta en un 30 por ciento el riesgo de desarrollar diabetes, pues sus componentes disminuyen la concentración del azúcar en la sangre.
Alexander Pope
El café es lo que hace que los políticos sean sabios, y que puedan ver a través de todas las cosas con sus ojos medio cerrados”.
La cosecha del café
Cuando los frutos llegan a la madurez, de 6 a 8 meses después de la floración para el «arábica», de 9 a 11 para el «robusta»,inicia la cosecha.
Clasificación
Una vez que el café se ha secado y pasa a ser café verde, se clasifica a mano o máquina para quitar las impurezas y los granos malos o deformes”.