El muy bien destutanado ministro de Cultura, a quien Danilo Medina debió relevar antes por presuntuoso y comparón, ha echado a correr, hasta confundiendo a ciertos amigos, la falsa versión de que fue sustituido por la actitud de su suegro, Fidelio Despradel, de negarse a juramentar a Lucía Medina Sánchez, hermana del presidente de la República, como presidenta de la Cámara de Diputados el pasado día 16. Nada más infantil y alejado de la verdad. Cuando el legendario Fidelio actuó según sus convicciones (de acuerdo a sus palabras), “ya el destutane de José Antonio Rodríguez estaba decidido, motivado en su incapacidad para ejercer el puesto, que le quedó demasiado grande”, me dijo alguien muy pero muy cercano al Titán de Bronce, quien estaría muy decepcionado de lo ¿qué hizo? el exministro durante su paso por ese cargo. “No fue que el cargo se le subió a la cabeza, fue que a la cabeza nunca llegó el cargo”, me comentó mi informante. Recuérdese que el intelectual Pedro Vergés, ahora ministro y cuyas credenciales distinguen el puesto, era supuesto el ungido para Cultura en 2012 y habría caído en las patas de los caballos bajo un fuego cruzado e intrigante. Así fue…
Euclides
Si hay un político dominicano “que no coje corte” ese es Euclides Gutiérrez Félix. Mientras los medios y otras figuras políticas dedican energía y tiempo a debatir temas que consideran de actualidad, Euclides se bufea a medio mundo con una serie de artículos interesantes sobre la historia del merengue. Y es que a Euclides, de quien he insistido en señalar que es tremendo tercio y gran conversador que trata por igual el origen de los conflictos en el Medio Oriente, el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos como cualquier otro tema vinculado con el trujillismo o la etapa democrática post tiranía, nadie le impone agenda. Muchos critican su repentismo y rico anecdotario, pero hay que reconocer que nadie le cambia su programación. Y ni se perturba…