Tras un desplome histórico durante los primeros tres meses que preocupó a los ejecutivos del béisbol, el promedio de bateo en las mayores durante el mes de julio fue de .255, según el Elias Sports Bureau, para elevar el porcentaje de la temporada de .246 a .248.
A menos que suba al menos a .251 durante los últimos dos meses, el promedio de la campaña será el más bajo desde el .244 en 1972.
Se totalizaron 6.546 hits y 6.195 ponches en julio, revirtiendo una anomalía en la que los ponches excedieron los hits en dos de los primeros tres meses completos.
Durante esta temporada, los bateadores se han ponchado más que dar hits. La cifra de ponches es de 27.285 y la de hits llegó a 27.218 tras cumplirse casi dos tercios de la campaña. Los ponches superaron a los hits en abril (6.656 sobre 6,360) y junio (6.776 sobre 6.640), mientras que los hits excedieron los ponches por leve margen en mayo (7.033 a 6.971). Previo a este año, el diferencial más bajo para un mes entero fue en abril de 2017, cuando se alcanzaron 138 más hits que ponches.
Los ponches por partido promediaron 16.6 en julio, en descenso de los 16.9 en junio, 16.75 en mayo y 17.5 en abril, el cual fue un récord para un mes calendario completo. Los ponches deben llegar a 41.207, lo cual sería la 11ma temporada consecutiva, rebasando los 40.104 de año pasado. El total fue de 32.884 en 2008.
Se conectaron 857 jonrones en 373 partidos en julio, un promedio de 2.30 que dejó el promedio de la temporada en 2.29. El promedio fue de 2.52 a julio del año pasado, apenas por encima de la cifra récord de 2.51 al final del año.
El clima pudo haber afectado en el descenso inicial, debido a que las pelotas viajan más en temperaturas más calientes. La temperatura promedio de 9 grados centígrados (48.9 F) fue la más fría desde 1997, según el Servicio Nacional de Meteorología.
Las autoridades del béisbol atribuyeron el declive ofensiva en partido a un incremento del uso de formaciones defensivas especiales y a los cambios frecuentes de lanzadores que traen a relevistas que lanzan con gran velocidad.
“Creemos que es nuestra obligación analizar con cuidado los aspectos significativos sobre lo que afecta el juego”, dijo el comisionado Rob Manfred durante el Juego de Estrellas el mes pasado. “Los cambios que ustedes perciben se deben por gente inteligente que busca ganar más juegos”.
También hay preocupación por la concurrencia — el promedio de este año de 28.863 refleja un descenso de 5,2 por ciento de los 30.453 a julio del año pasado, y esta temporada podría ser la primera con un promedio por debajo de los 30.000 desde 2003. Los directivos de las mayores atribuyen al mal tiempo que ha provocado 44 posposiciones, cinco más que el total del año pasado, y con muchos partidos al inicio de la campaña que se disputaron bajo temperaturas por debajo de 40. Pero la reacción de los fanáticos a cambios en el deporte y muchos equipos que no son competitivos también influyen.
Además, los jugadores se resisten a modificaciones del reglamento y alcanzar consenso entre ellos sobre lo que se debe hacer ha sido difícil.
“En los últimos cinco años hemos visto más cambios al juego de los que hemos tenido en años previos”, dijo el director ejecutivo del sindicato de peloteros Tony Clark durante el Juego de Estrellas.