¡Por fin, el Estado asume en serio la plena colectivización del transporte, con 16 futuros corredores de autobuses nuevos por calles y avenidas de la más grande y caótica urbe del Caribe y Centroamérica; con la conversión formal de los viejos dirigentes choferiles en lo que siempre han sido: empresarios del transporte; con trabajo y prestaciones para los choferes del abominable concho, que desaparecerá; con reglas claras, siempre en bien del pasajero!… (Solo faltaría un detalle para redondear el éxito: hacer que la ostentosa clase media renuncie a los tapones y use el sistema de transporte colectivo, como vemos en el resto del mundo).