La comunidad digital y sus millones de seguidores se encuentran todavía consternados tras la inesperada muerte de la influencer Killadamente, conocida en la vida real como Carol Acosta.
A los 27 años, madre de dos hijos y con una carrera marcada por su carisma y el mensaje positivo sobre el amor propio, Killadamente perdió la vida mientras cenaba con su familia en Nueva York el 3 de enero. Según informes de su hermana, Kathyan, Carol sufrió un episodio de asfixia mientras comía, lo que llevó a su hospitalización y, posteriormente, a su fallecimiento.
Aunque la causa oficial de su muerte aún se esta investigando, los detalles sobre su salud y los medicamentos que utilizaba han abierto un importante debate sobre los posibles riesgos del uso de semaglutida, una inyección popularizada para la pérdida de peso.
¿Qué es la semaglutida?
La semaglutida se conoce como un medicamento recetado principalmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. Su efectividad como supresor del apetito ha hecho que su uso se expanda rápidamente, especialmente entre aquellos que buscan perder peso sin necesidad de realizar cambios drásticos en su dieta o ejercicio.
El medicamento funciona imitando una hormona llamada GLP-1 (péptido 1 similar al glucagón), la cual regula el hambre y la saciedad. Al usar semaglutida, las personas se sienten más llenas y consumen menos alimentos, lo que puede resultar en una pérdida de peso significativa.
Comercializada bajo los nombres de Wegovy, Ozempic y Rybelsus, esta inyección se administra de manera subcutánea, generalmente una vez a la semana. Si bien está aprobada por autoridades como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) y el NICE (Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido), su uso debe supervisarse por un médico y acompañado de una dieta balanceada y ejercicio físico.
A pesar de sus beneficios en la reducción de peso, la semaglutida no está exenta de riesgos. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, dolor abdominal, diarrea, vómitos y fatiga, los cuales suelen disminuir con el tiempo a medida que el cuerpo se adapta al medicamento.
Uno de los efectos secundarios más preocupantes es el posible aumento del riesgo de tumores en la tiroides, un efecto que se señalo por la FDA en sus advertencias.
Además, aunque la semaglutida es eficaz en el control del peso, también puede provocar una rápida pérdida de peso, lo que podría tener consecuencias estéticas y fisiológicas, como la aparición de lo que algunos medios han denominado la “cara de semaglutida”, una expresión de fatiga o envejecimiento prematuro en el rostro.
Ha surgido una preocupación adicional sobre los efectos psicológicos de la semaglutida. Varios estudios han indicado que el uso de este fármaco puede estar relacionado con pensamientos depresivos y suicidas en algunos pacientes.
Aunque los informes sobre el riesgo de suicidio se muestran limitados, un estudio publicado en la revista JAMA Network Open reveló que aquellos que tomaron semaglutida mostraron un riesgo elevado de pensamientos suicidas en comparación con otros medicamentos para perder peso.
Este hallazgo subraya la importancia de monitorear el estado emocional de los pacientes que utilizan semaglutida, especialmente en aquellos con antecedentes de problemas de salud mental como depresión o ansiedad.
El caso de Killadamente
Según los informes, ella sufrió un atragantamiento mientras cenaba con su familia, lo que desencadenó una serie de complicaciones de salud.
Aunque no se ha confirmado que su uso de semaglutida haya tenido un impacto directo en su fallecimiento, las especulaciones sobre los efectos secundarios de este medicamento no han tardado en surgir, especialmente cuando se considera que muchas personas están tomando este fármaco en busca de resultados rápidos para perder peso.
Las autoridades médicas aún no han determinado si la semaglutida jugó algún papel en este accidente. Sin embargo, el caso ha resaltado la importancia de tomar precauciones al utilizar cualquier medicamento, incluso aquellos aprobados por las autoridades sanitarias.
