El cáncer de mama es una de las enfermedades que más impactan a mujeres en todo el mundo. Sin embargo, hay un arma poderosa que ha demostrado ser clave en la lucha contra esta enfermedad: el diagnóstico temprano.

Según el doctor José Ramírez, director del Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares, Incart, la detección precoz puede reducir la mortalidad por cáncer de mama hasta en un 90% de los casos detectados tempranamente.

“El armamento más poderoso en contra del cáncer de mama es el diagnóstico temprano, es hacerse sus chequeos rutinarios a tiempo, es la manera de diagnosticar temprano y que haya mayor posibilidad de curación”, resalta.

Con la detección precoz de la enfermedad, unas series de mujeres que se atienden en el Incart, han encontrado la fortaleza para enfrentar esta batalla y salir victoriosas.

Ese es el sentir de Romana Moore, Ketti Calderón y Altagracia Marisol Martínez, mujeres sobrevivientes de cáncer de mama que afirman que la prevención temprana de esta enfermedad les ha dado una segunda oportunidad de vivir y disfrutar nuevamente de la vida.

Las damas de 57, 51 y 58 años, respectivamente, hablaron de sus experiencias con elCaribe durante la apertura de una exhibición fotográfica de la campaña de cáncer de mama, “Unidas por una misma causa”, que lanzó el INCART.

Ramona Moore, Ketti Calderón y Altagracia Martínez.

Hay luz al final del túnel

Hace 14 años Ramona Moore tocó sus senos y se percató de una bolita en uno de ellos. Inmediatamente fue al médico y se hizo los estudios correspondientes y al final los resultados “eran lo que sospechábamos desde un principio”, dice.

La mujer de 57 años recibió su diagnóstico de cáncer grado dos a los 41. La madre de dos hijas recuerda cómo la noticia transformó su vida. “En ese momento, sentí que se me derramó el mundo”.

Los autoexámenes frecuentes fueron vitales para la detección temprana de la neoplasia mamaria que padecía Ramona. La señora pasó su proceso en un solo año y ya se encuentra libre de cáncer y está “viviendo la vida feliz”.

Ketti Calderón, a sus 49 años, también fue diagnosticada con cáncer de mama. Cuando se lo dijeron su pregunta fue la siguiente ¿wao que voy hacer con mis hijos pequeños y mi padre que está en cama y requiere de mi atención?

La historia de esta mujer es muy diferente a la de Ramona. Después de la pandemia decidió chequearse porque llevaba ya dos años sin hacerlo. Cuando fue al médico “la doctora ni siquiera me tocó los senos y me dice que cuando me haga el papanicolaou me verifica”.

Aunque Ketti no tenía ningún síntoma, insistía en chequearse. Su preocupación la llevó a entrar a un consultorio, tomar un recetario y auto indicarse la analítica de mamografía. “Cuando salió el diagnóstico inmediatamente relacioné al cáncer con muerte”. Sin embargo, sus hijos pequeños y su padre en cama fueron las fortalezas para enfrentar la batalla. Dios me dio la fuerza al pensar en mi papá y en mis hijos y dije: “Tengo que hacer lo que haya que hacer para sobrevivir”. Hoy en día está en su etapa final para librarse del cáncer.

El director del INCART, José Ramírez, durante la exhibición fotográfica.

Realiza apertura de exhibición fotográfica

Altagracia Martínez, de 58 años, narra que en el 2013 le salió un nódulo y que el médico le dijo que era muy pequeño para hacerle una biopsia, que le iban a dar seguimiento. Al siguiente año, Martínez se desesperó y le pidió a una sonografista compañera de trabajo, que le realizara una sonografía. Martínez afirma que la insistencia de chequearse es lo que ha dado la oportunidad de enfrentar y estar libre de cáncer. Este año, el Incart ha desarrollado una campaña de sororidad para ser difundida en medios digitales y redes sociales, donde mujeres reconocidas en los medios actuales de República Dominicana se han unido para llevar mensajes positivos a quienes atraviesan la enfermedad.

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