ESCUCHA ESTA NOTICIA
|
El golpe de calor es una emergencia médica que puede poner en riesgo la vida. Ocurre cuando el cuerpo pierde su capacidad para controlar la temperatura interna y esta se eleva por encima de los 40 grados centígrados.
En estas condiciones, órganos vitales como el cerebro, los riñones y el corazón pueden verse gravemente afectados. Los síntomas varían, pero suelen incluir confusión, mareo, piel caliente y seca, e incluso pérdida del conocimiento. Si no se actúa a tiempo, puede provocar la muerte.
¿Cómo es un golpe de calor?
Nuestro organismo cuenta con mecanismos naturales para mantener una temperatura estable, como la sudoración o la dilatación de los vasos sanguíneos. Sin embargo, cuando enfrentamos condiciones extremas, como temperaturas elevadas, humedad ambiental, esfuerzo físico intenso, deshidratación, enfermedades crónicas o ciertos medicamentos, estos mecanismos pueden verse superados.
Como resultado, la temperatura corporal se eleva peligrosamente y desencadena una respuesta inflamatoria que puede afectar diversos órganos.
Tipos de golpe de calor
Se reconocen dos formas principales de golpe de calor:
- Clásico, que suele presentarse en personas mayores o con enfermedades crónicas expuestas al calor ambiental prolongado.
- Asociado al esfuerzo físico, más común en personas jóvenes y sanas que realizan actividades intensas en ambientes calurosos, como trabajadores, militares o deportistas.
Dimensión del problema en México
Durante la temporada de calor de 2024, que abarcó de marzo a octubre, se registraron en el país 4 mil 7 casos relacionados con temperaturas extremas y 331 muertes, de las cuales el 92.4 por ciento se atribuyeron directamente al golpe de calor. De manera alarmante, la tercera ola de calor, ocurrida entre mayo y junio, fue la más letal: provocó 165 muertes, lo que representa cuatro de cada diez fallecimientos relacionados con el calor en ese año.
Los estados con mayor número de defunciones fueron Veracruz (79), Sonora (48) y Baja California (47).
Personas en riesgo
Hay grupos poblacionales especialmente vulnerables. Entre ellos se encuentran los niños pequeños y los adultos mayores, ya que su organismo tiene menos capacidad para regular la temperatura.
También están en riesgo personas con enfermedades crónicas, con obesidad o aquellas que toman medicamentos como diuréticos, antidepresivos o antihistamínicos. A esto se suman trabajadores al aire libre, personas que hacen ejercicio bajo el sol o que, por sus condiciones de vida, se exponen constantemente al calor.
Estudios recientes señalan que la deshidratación previa, la falta de aclimatación al calor, el consumo de alcohol, la fiebre o incluso la privación del sueño pueden aumentar significativamente el riesgo de un golpe de calor.
Los síntomas
- Algunos de los signos más comunes incluyen:
- Temperatura corporal superior a 40 °C.
- Piel caliente y seca al tacto.
- Dolor de cabeza, mareo o náuseas.
- Confusión, dificultad para hablar o caminar.
- Pérdida del conocimiento o convulsiones.
Estas manifestaciones requieren atención médica urgente.
¿Qué hacer en caso de golpe de calor?
- Actuar con rapidez puede salvar una vida; se recomienda:
- Llamar de inmediato a los servicios de emergencia.
- Llevarla a un lugar fresco, ventilado y con sombra.
- Retirar el exceso de ropa.
- Enfriar su cuerpo con compresas frías, agua o ventiladores.
- Si está disponible, sumergirla en agua fría o aplicar técnicas de enfriamiento activo (especialmente en casos relacionados con esfuerzo físico).
El tiempo es un factor crucial: si el cuerpo permanece a una temperatura que supere los 42° C por más de 30 minutos, la tasa de mortalidad puede alcanzar el 80 %. Por eso, cada minuto cuenta.
Aunque el golpe de calor por esfuerzo puede parecer más agresivo, su mortalidad (entre el 3 y 5 %) es menor que la del tipo clásico (que puede alcanzar hasta un 65 %), probablemente porque afecta a personas más jóvenes y con mejores condiciones generales de salud.
¿Cómo prevenir un golpe de calor?
Estas medidas simples pueden hacer una gran diferencia:
- Beber agua con regularidad, incluso si no se siente sed.
- Evitar salir o realizar actividades físicas al aire libre entre las 11:00 y las 15:00 horas.
- Usar ropa ligera, de colores claros, sombrero y protector solar.
- Permanecer en espacios ventilados y con sombra.
- Identificar a quienes podrían estar en riesgo y ofrecerles apoyo para mantenerse hidratados y frescos.
El golpe de calor es una amenaza real, pero también prevenible. Reconocer sus síntomas, saber cómo actuar y tomar medidas sencillas puede evitar consecuencias graves.
En nuestro país, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, la información y la prevención son nuestras mejores herramientas para cuidar de nosotros mismos y de quienes nos rodean.