Villa Tapia. El desborde de aguas residuales, atribuidas al deterioro de las tuberías, se ha convertido en el principal problema de residentes y de las autoridades municipales que temen a brotes de enfermedades causadas por la contaminación.En sectores como Galindo y Monte Plata, el hedor comienza a causar internamientos de residentes por las afecciones respiratorias. Una parte de las aguas cloacales descargan en el río El Palmar, donde fueron levantadas dichas comunidades. José Ernesto Abad Castillo, alcalde de Villa Tapia, municipio perteneciente a la provincia Hermanas Mirabal, atribuye la problemática a que ya el sistema sanitario resulta obsoleto.
“Las tuberías que colocaron hace veinte años cuando fue construido el sistema cloacal, fueron muy pequeñas y se despegan a cada instante y eso es lo que provoca que prácticamente todo el municipio quede entre hedor y heces fecales cuando ocurren fuertes lluvias”, expresa Abad Castillo al hablar con reporteros de elCaribe.
Afectados por cloaca
El desborde provocó que hace quince días la comunidad tomara las calles y quemara neumáticos para quejarse de la situación. Abad sugiere que parte de los fondos de emergencia que debieron utilizarse para las familias que fueron afectadas por las pasadas inundaciones y que nunca llegaron, sean ahora tomados para un nuevo sistema sanitario que abarque todo el municipio. En tanto que la vicealcaldesa, Yamilka Tejada, dijo que tras los disturbios llegó un camión del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (INAPA) y limpió en algunos de los hidrantes desbordados.
Tanto Abad Castillo como Tejada proponen para solucionar la problemática, que la provincia Hermanas Mirabal cuente con una corporación y que prescinda de los servicios de la Inapa, lo que permitiría buscar una solución a largo plazo. La lucha que se libra en la comunidad es encabezada por el Comité para la Defensa de la Salud de Villa Tapia, integrado por juntas de vecinos, comerciantes, la Asociación de Desarrollo de este municipio y organizaciones comunitarias.
Francisco Rodríguez, ha visto gastar parte de sus recursos económicos con el internamiento en varias ocasiones de su madre Amada Taveras, residente en la comunidad El Galindo, uno de los sectores más afectados por el hedor que se desprende de la contaminación dejada al río El Palmar.
“La situación por la que estamos atravesando es terrible, pero esperamos que puedan buscar una solución”, apuntó. Su vecino Juan Ramón Martínez, residente a escasos metros del afluente, también se quejó de la contaminación. Martínez ha visto como algunos de sus hijos han sido ingresados en centros asistenciales de la zona, afectados por problemas respiratorios.
Dicen que el Gobierno Central debe actuar
Al reflexionar sobre el momento que viven estas comunidades, como consecuencia de la contaminación a la que están expuestos, las autoridades municipales exhortan al Gobierno Central a actuar antes de que la situación empeore la salud de los residentes en la zona, ya que existen enfermedades como el cólera que se propagan a través de estas aguas residuales.