El Programa Niños con una Esperanza, que ofrece servicios de educación y salud a 275 niños de familias pobres, excluirá a unos 75 infantes por la falta de recursos.
El pastor Pablo Ureña, director del Programa, dijo que siempre han operado con deficiencias pero que luego del retiro de la ayuda que daba la Alcaldía, hace cuatro meses, no podrán seguir ofreciendo los mismos servicios. Ureña dijo que sumado a eso, el Ministerio de Educación redujo a la mitad la cantidad de raciones alimenticias que suplía a los niños del programa para el desayuno escolar.
“Nuestros niños se desayunan, almuerzan y toman sus meriendas aquí, eso lo incluye el programa, pero al dejar de percibir esos recursos, aunque es nuestro deseo, no podremos continuar albergando la cantidad de niños que tenemos”, refirió. A los niños se les ofrece alimentación, educación, servicios de salud, atención psicológica, sala de tareas y orientación cristiana, entre otros.
Pablo Ureña dijo que debido a la falta de recursos se les hace imposible pagar el personal que tiene a su cargo la educación a los niños y que fungen como facilitadores en la sala de tarea, además del pago a una psicóloga, cuya labor es vital para los niños y niñas.
“También servimos como guardería, porque cuando los padres salen a trabajar ya ellos no tienen que quedarse solos en las casas o en las calles como ocurría anteriormente”, añadió.
La fundación Niños con una Esperanza inició sus operaciones hace trece años, con niños de 3 a 16 años, muchos de los cuales han sido rescatados de las calles y del vertedero de Rafey, donde hacían las funciones de “buzos”.
Pablo Ureña reiteró su llamado al gobierno para que se sensibilice con esta causa que es directamente en beneficio con la niñez y la juventud de más de diez barrios de la parte suroeste de la ciudad de Santiago. El llamado lo hace, ya que tampoco reciben ayuda como las ONG, a pesar de la gran labor que realizan en favor de este sector tan vulnerable de la población.