Santiago. En cuestión de horas la vida cambió para los residentes de la urbanización el Retiro I. Los desaciertos de una construcción puso en riesgo hasta sus vidas y afectó gran parte de los bienes que les llevó años de trabajo y esfuerzo.
Como consecuencia de las lluvias que provocó el huracán María se desbordó la cañada de Nibaje, la que había sido encajonada por la gestión municipal del ex alcalde Gilberto Serulle para dar paso a una avenida ecológica. La basura y escombros que arrastraron las lluvias provocó que se corriera el asfalto de un gran trayecto de la avenida de El Arroyo, se afectaron viviendas y negocios que ahora son vulnerables a inundaciones.
El abandono de esta obra le ha sumado al sector delincuencia e inseguridad, maleza e incertidumbre. Las ruinas de las infraestructuras sirven como guarida a los delincuentes y consumidores de estupefacientes, situación que tiene a los residentes con miedo y en un constante estrés.
Hay dueños de viviendas que no pueden usar sus marquesinas porque el asfalto fue arrastrado y la vía quedó desnivelada. “Todos estos daños y frustraciones lo provocó el empeño de construir una obra al lado de una cañada, y para estos los contratistas procedieron a encajonar la cañada que con el cúmulo de lluvia reventó y provocó el desorden en el que hoy estamos”, han manifestado por diferentes medios las familias afectadas.
La obra abandonada abarcaba la construcción de anfiteatro, casa-club, instalaciones deportivas, ciclo vía, y además conectaría con el populoso barrio de Los Pepines. La parte que afecta el Retiro I está ubicada entre las avenidas Francia y la Mirador del Yaque. También sufrió daños la parte que pertenece a la urbanización El Ensueño, sobre todo la parte vial.
Más de dos meses después de lo que los residentes han calificada como su peor pesadilla, ninguna autoridad municipal o del gobierno se ha interesado por su situación y temen que nuevos aguaceros empeoren su desgracia.