El proceso electoral ha tomado un rumbo sumamente interesante. Dos aspirantes presidenciales tienen las mayores expectativas para ser elegidos como el próximo presidente: Gonzalo Castillo y Luis Abinader. Hay un tercer aspirante de importancia, el expresidente Leonel Fernández, pero las encuestas creíbles lo colocan en un lejano tercer lugar, pudiendo ser referente para una virtual segunda vuelta.
Las empresas encuestadoras de mayor credibilidad muestran una tendencia que se evidencia de manera clara: Gonzalo Castillo sube de manera constante, mientras Luis Abinader baja. Hoy día, viendo con objetividad las encuestas, sean presenciales, telefónicas o por las redes sociales, se destaca el crecimiento de Gonzalo Castillo.
El liderazgo de Gonzalo
Ese crecimiento de Gonzalo se explica por sus características como candidato y por lo que aspira la gente en estos momentos difíciles. Con su acción solidaria y su cercanía a la gente, el candidato del PLD se ha consolidado como el presidente necesario para este tiempo.
En los líderes políticos tradicionales el discurso, el hablar bonito o de forma dura, era el referente del liderazgo fuerte y caudillista. Ahora, en los tiempos modernos, la gente no sigue discursos, busca soluciones. Gonzalo, con su pragmatismo y capacidad gerencial, rompe esos esquemas, salta la tradición y predica con el ejemplo. Como aspirante presidencial, tiene un criterio claro sobre lo que hay que hacer y cómo hacerlo.
Su visión del futuro es moderna y eficaz, tiene una solución pragmática para cada dificultad y se crece solucionando con alta gerencia problemas que, para los políticos tradicionales, resultan muy difíciles. Además, es cercano a la gente, pues su origen humilde le desarrolló una sensibilidad que lo hace ser solidario de manera natural.
En principio algunos confundieron su timidez con ignorancia.
Vieron su predilección por los hechos, como una incapacidad para la palabra. Y se equivocaron. Él habla bien y trabaja mucho mejor. El líder cubano José Martí expresó que “Hacer es la mejor manera de decir”. Y eso se aplica de manera precisa con Gonzalo. En un país ansioso de grandes realizaciones, donde todavía hay muchas cosas por hacerse, un hombre trabajador y efectivo, que haga mucho y hable poco, es la mejor fortaleza que puede mostrar candidato alguno. Todo eso explica el ascenso de Gonzalo en las encuestas.
Encuestas, realidad y tendencias
Los especialistas en sondeos políticos, destacan como primer elemento que una encuesta es una radiografía de un momento específico. El otro elemento que destacan es la tendencia que tienen los candidatos en las diversas encuestas. Las tendencias generalmente determinan la victoria.
Un candidato puede estar en primer lugar, ganando por muchos puntos, a un año o meses de una contienda. Pero si su tendencia es a la baja, puede resultar derrotado por su oponente. Es lo que pasó con Hipolito Mejia en las elecciones del 2012, que a un año del proceso le llevaba unos 30 puntos a Danilo, a 5 meses le llevaba 20 puntos, pero en mayo del 2012 perdió las elecciones. Danilo obtuvo el 51.21% de la votación frente a un 46.95% de Hipolito.
Gonzalo sube y se consolida
Para analizar la tendencia de las encuestas en el actual proceso, tomaremos en consideración las tres encuestas de mayor credibilidad en el país: Gallup-Hoy, Mark Penn-SIN y Greenberg-Diario Libre.
Estas tres encuestas salieron entre enero y febrero. Solo Mark Penn ha salido en mayo, por lo que vamos a cruzar datos entre una y otra para delimitar la tendencia. En enero de este año Gallup y Mark Penn colocaban a Luis en 42 y 43% respectivamente. A Gonzalo lo ubicaban en 28 y 31.4%. Es decir, Luis le llevaba a Gonzalo entre 11 y 14 puntos porcentuales de acuerdo a esas dos encuestas.
En el caso de la Greenberg, la diferencia era mucho mayor, pues su medición de campo se hizo entre el 21 y el 24 de febrero, es decir, inmediatamente después de la suspensión de las elecciones de febrero y en medio de las protestas de la plaza de la bandera.
En esta encuesta Luis tenía un 52% y Gonzalo solamente 24%. Eso parecía lógico, pues el PLD, el gobierno y Gonzalo parecían los responsables de la suspensión de las elecciones municipales.
En marzo no se publicó ninguna de estas tres encuestas a nivel presidencial, por las elecciones municipales. A mediados de marzo, llegó la pandemia del coronavirus y todo el panorama político cambió de forma radical. Mientras Gonzalo se lanzaba a las calles para ayudar a la gente, Luis se quedaba en su casa esperando. Mientras el gobierno enfrentaba con una gran eficacia el problema sanitario y social de la crisis, Luis hacía propuestas teóricas. Eso provocó que la gente empezara de nuevo a creer en el gobierno, en el PLD y, sobretodo, en Gonzalo Castillo, que se consolidaba como un gerente solidario y un hombre de soluciones.
Aunque en abril ya se veía el ascenso de Gonzalo, eso no podía ser mostrado claramente en ninguna de aquellas tres encuestas, porque el país estaba en cuarentena, y no era posible encuestar a la población. Pero llegado el mes de mayo, la firma Mark Penn decidió hacer la encuesta y publicar sus resultados.
Y Mark Penn confirmó lo que era un secreto a voces: Gonzalo subía y Luis bajaba. En la encuesta Mark Penn Luis bajó 4 puntos y Gonzalo subió 9. Y mostraba un empate técnico: Luis 39% y Gonzalo 37%. Pero si comparamos los resultados de Luis con los que tenía en la Greenberg de febrero, su caída es de 13 puntos y la subida de Gonzalo es de precisamente 13 puntos. Una verdadera proeza histórica.
En unos días saldrán las encuestas de junio de esas tres empresas encuestadoras. Y estamos seguros que en las tres se consolidará la tendencia: Gonzalo sube y sube, y Luis baja y baja.