Autoridades plantean que un personal entrenado en obstetricia siga la labor de parto para tratar de disminuir la elevada tasa de cesáreas en el país
Frente al creciente número de cesáreas practicadas en clínicas y hospitales del país, el Ministerio de Salud plantea un paquete de intervenciones, incluida la formación y entrenamiento de un recurso humano especializado que se encargue de dar seguimiento a las doce o dieciséis horas que implica una labor de parto, con la profesionalidad, amigabilidad, respeto y empatía que demandan las mujeres en ese momento especial de sus vidas.
De acuerdo con el encargado del Departamento de Salud de la Familia del Ministerio de Salud, José Mordán, se trata de una enfermera con formación de grado en atención obstétrica, tal y como se estila en países como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Chile, Costa Rica, Argentina, Uruguay y Puerto Rico.
“Se ha demostrado ya con evidencia científica que este periodo que implica el inicio del trabajo de parto hasta completarse el momento del expulsivo puede ser perfectamente seguido por una enfermera previamente capacitada para estos fines. En otros países desarrollados no solo se trata de una enfermera, sino una ‘obstetric’ que es un profesional que tiene formación de grado en obstetricia”, explica Mordán durante una entrevista con elCaribe.
Expresa que cuando sus colegas del nivel más alto de la escala como los obstetras analizan lo que implica la atención de un parto fisiológico, la mayor traba es el tiempo que deben dedicarle al trabajo de parto, razón por la que acaban optando por una cesárea.
Con esta propuesta se liberaría al médico de esta tarea y sólo intervendría en caso de que se presentara una complicación que impida a la mujer continuar el curso del parto fisiológico.
Para ello, el Ministerio planea trabajar conjuntamente con las universidades a los fines de crear el currículo para la formación de este personal que llenaría un espacio fundamental en el proceso de atención obstétrica y disminuiría significativamente la tasa de cesáreas que a nivel público promedia el 42% y a nivel privado el 86%, según los datos oficiales.
Buenas prácticas
Otra de las intervenciones está orientada al cumplimiento estricto de las guías y protocolos, incluido el protocolo nacional de parto normal, el cual ordena que el personal médico y de enfermería utilice un instrumento de control denominado partograma.
Se trata de un formulario que se les llena a las parturientas en el cual se registran todos los eventos del curso y evolución del parto normal que permiten establecer las intervenciones que habría que adoptar antes de llegar a un recurso extremo como la cesárea.
Según el doctor Mordán, existen evidencias que muestran que la utilización del partograma disminuye la tasa de cesáreas.
Indica que la institución ha auspiciado capacitaciones y divulgación de los protocolos en toda la red de servicio, incluido a los prestadores de salud del área de obstetricia a nivel público y privado.
Añade que otros elementos que evitarían la cesárea tienen que ver con el parto asistido, que consiste en la utilización de dispositivos como el fórceps y la ventosa, que según Mordán pueden utilizarse con eficacia y seguridad para facilitar la salida del bebé en caso de que hubiera una obstrucción del parto.
El Ministerio también ha puesto el ojo en la habilitación y regulación de los servicios diagnósticos, para asegurarse de la calidad y competencia del personal que realiza las sonografías, pues según el funcionario, el uso de este recurso tecnológico también puede inducir al médico a realizar cesáreas aún en ausencia de evidencias clínicas.
Seguridad de las cirugías
De acuerdo con el director del Departamento de Salud de la Familia, el Ministerio como responsable de la rectoría en salud con el deber de velar por la seguridad de los procesos clínicos, también se ocupa de que se cumpla la lista de verificación de la seguridad de las cirugías elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece claramente los pasos que debe seguir el personal médico y de enfermería antes, durante y después de un procedimiento quirúrgico como la cesárea.
El galeno explica que en ese ejercicio de vigilancia se busca identificar el conjunto de instituciones que trascienden los límites establecidos como estándares de buenas prácticas que suponen que la tasa de cesáreas no exceda del 20%.
Otro indicador que se busca atacar es la tasa de infecciones asociada a la atención en salud que muchas veces se produce como resultado de la práctica de la cesárea.
Para ello, se promueve la estrategia Hospital Amigo del Bebé, que incluye prácticas fundamentales para la atención del parto con mínima manipulación, el uso del partograma, el parto limpio para evitar las infecciones postparto y las hemorragias durante el puerperio.
La educación en el preparto es clave
La educación a la mujer y a la familia es otro factor fundamental al que debe ponérsele atención y que debe comenzar desde los chequeos prenatales.
Mordán plantea que este es el espacio ideal para educar y preparar sicológicamente a la mujer y su familia para el parto, así como del rol que deberán jugar durante el evento. El mismo también sirve para prevenir anemias, desórdenes nutricionales, y preeclampsia o hipertensión asociada al embarazo que colocan a la mujer en la línea de la cesárea.
“Hay que trabajar y trabajamos con divulgar e informar a la población especialmente a las mujeres y familias de los beneficios que tiene el parto natural, vencer el estereotipo publicitario, o el paradigma que plantea que la salida más fácil es la cesárea.
Cuando se hacen evaluaciones de seguridad y de eficacia para todo lo que tiene que ver con la incorporación de la mujer en la vida cotidiana, lo que implica el cuidado del recién nacido, la cesárea es una limitante seria”, dice.
“La cesárea es una traba para la mujer”
El funcionario manifestó que la cesárea es una cirugía mayor que supone una complejidad hospitalaria, atención altamente calificada, exposición a fármacos y drogas depresivas, incluyendo los anestésicos; que implica dolor post operatorio que acarrea la necesidad de utilizar medicamentos para el control del dolor, así como riesgos de infecciones.
“En fin que la práctica de la cesárea es un elemento que constituye una verdadera traba para la reincorporación de la mujer a esa labor que junto a la familia debe desarrollar para el cuidado del recién nacido y por supuesto a su vida productiva”.
82%
Cesáreas Nueve de cada diez mujeres que dan a luz en clínicas privadas lo hacen a través de cesárea.
15%
Estándar La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la tasa de cesárea no exceda el 15%.