Después de la división y la salida del poder tras 16 años seguidos, el PLD parece resurgir como el ave fénix
En este 49 aniversario, el PLD presenta una situación muy especial y tiene grandes retos para asumir. Después de un doloroso proceso de división y de la pérdida del poder, ese partido ha logrado levantarse como el ave fénix y ha sorprendido a todo el mundo.
Muchos creyeron que el proceso de consulta realizado en octubre pasado para elegir su aspirante presidencial sería un nuevo momento de división y de conflictos. Pero el PLD hizo de esa experiencia un proceso ejemplar, sin traumas, sin mayores problemas y se consolidó en términos de imagen, de fortaleza orgánica y aumentó ampliamente las posibilidades de ganar el poder nuevamente, con Abel Martínez como candidato.
Desde mi punto de vista, el PLD tiene posibilidades de superar nuevamente la crisis de división que vivió en el 2019. Hoy se le presenta un reto doble. Uno para su presidente y líder, Danilo Medina. Y otro para su aspirante presidencial y representante del nuevo liderazgo, Abel Martínez.
El reto de Danilo
El gran reto de Danilo Medina es que ese partido vuelva nuevamente al poder con Abel Martínez. Todo el mundo reconoce que Danilo es un gran organizador, un político de pies a cabeza, un gran armador, un trabajador sin horario ni límites y un hombre sumamente pragmático. Y está plenamente entregado al propósito de que gane el PLD.
Danilo aprendió la lección de la división pasada y está trabajando para no repetir nuevamente aquellos errores. En la actualidad, como principal líder y presidente del PLD, está concentrado en dos tareas fundamentales. La primera es el fortalecimiento orgánico de su partido, aspecto que él domina a cabalidad. Y el segundo es ser garante y soporte fundamental de la candidatura de Abel Martínez.
Danilo, como estratega y visionario político, sabe muy bien que para todo aspirante presidencial que quiera ganar unas elecciones, es de suma importancia contar con una estructura política fuerte, firme, diseminada en toda la geografía nacional, con eficacia y operatividad. Por eso su gran esfuerzo, de la mano del secretario general Charlie Mariotti, de consolidar la estructura orgánica del PLD, la cual ha sido históricamente una maquinaria electoral sumamente efectiva, pragmática y triunfadora. Y esa estructura será la columna de apoyo fundamental de Abel, el aspirante presidencial que es la novedad y que tiene la mayor posibilidad de convertirse en un verdadero fenómeno político electoral.
El reto de Abel
El gran reto de Abel Martínez es ser el candidato ganador de las elecciones de mayo del 2024 y el tercer presidente de la República que llega por vía del PLD. Esa no es una tarea fácil. Abel se enfrenta a dos aspirantes con mucho peso político y mayor conocimiento en la población que el actual alcalde de Santiago. Luis Abinader, el candidato del PRM, es el actual presidente de la República, lo cual es una ventaja muy importante. Leonel Fernández, el candidato de la Fuerza del Pueblo, llegó acer tres veces presidente de la República y es un hombre sumamente preparado, con una extraordinaria capacidad para debatir y hacer planteamientos.
Abel debe entender eso a plenitud, y mostrarse firme y claro frente a esos dos aspirantes. Su discurso debe ya salir de las consignas y slogans. Debe hacer planteamientos más firmes, más sustentados, más argumentados, que lo muestren con reales condiciones de un estadista.
Es muy cierto que Abel ha demostrado capacidad gerencial en su gestión como alcalde de Santiago y como presidente de la Cámara de Diputados. Pero lo que busca en esta ocasión no es dirigir una ciudad o un Congreso, es dirigir una Nación. Y resulta necesario que él muestre las garras de que sabrá hacerlo con eficacia. Por eso, ya es tiempo de que Abel se rodee de un equipo económico confiable para la población y para el sector productivo nacional. Y ese equipo debe servirle de soporte para sus planteamientos críticos, sus propuestas y sus cuestionamientos a las ejecutorias del gobierno del PRM.
El otro aspecto del reto de Abel
El otro aspecto del reto de Abel es no tratar de quitarle el liderazgo a Danilo o de querer minimizarlo. Por el contrario, la garantía del triunfo de Abel está en tres pilares fundamentales: La fortaleza orgánica del PLD, la presencia y trascendencia de Danilo en su campaña y la capacidad para mostrar que puede dirigir el país mejor que Abinader y Leonel.
A pesar de la campaña que tiene el gobierno y un sector de la Fuerza del Pueblo, para presentar al PLD como una organización en desbandada, lo cierto es que este 49 aniversario encuentra a esa organización con perspectivas políticas y electorales muy favorables.
El PLD ha logrado consolidar su estructura orgánica, preservar la imagen y el prestigio de su líder y presidente, Danilo Medina, y tiene un candidato, Abel Martínez, con todas las posibilidades de convertirse en el fenómeno político del momento y el próximo presidente de la República.