La sociedad dominicana se ha transformado en los últimos 20 años en todos los ámbitos, desde el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que pasó de 18 mil millones de dólares en el 1996 a alrededor de 70 mil millones en el 2017, hasta la forma de protestar y en lugar de hacer huelgas se observan manifestaciones pacíficas bien organizadas que encabeza la clase media.
La nueva forma de presión social tuvo su gran impacto en el 2011 con el movimiento amarillo que exigió el 4% del PIB para la educación preuniversitaria y ahora el movimiento verde “por el fin de la Impunidad” corona la nueva forma de presión social.
Los temas que generan presión también han variado, pues de la exigencia de solución a problemas como el costo de la vida, construcción de carreteras, apagones, falta de agua potable, la ciudadanía ha pasado a exigir mejoras en la educación, medio ambiente, justicia y cese de la corrupción pública. La encuesta Enhogar 2015 reveló que la corrupción es el tema que más les preocupa a los ciudadanos dominicanos, solo superado por la inseguridad ciudadana. También el tipo de ciudadano que protesta ha cambiado, ahora los que exigen son más de clase media, contrario a lo que ocurría en los años 70 y 80.
Los temas que generan presión también han variado, pues de la exigencia de solución a problemas como el costo de la vida, construcción de carreteras, apagones, falta de agua potable, la ciudadanía ha pasado a exigir mejoras en la educación, medio ambiente, justicia y cese de la corrupción pública.
La encuesta Enhogar 2015 reveló que la corrupción es el tercer tema que más le preocupa a los ciudadanos dominicanos, solo superado por la inseguridad ciudadana y el costo de la vida. También el tipo de ciudadano que protesta ha cambiado, ahora los que exigen son más de clase media, contrario a lo que ocurría en los años 70 y 80.
Las nuevas tecnologías de comunicación también han impactado de manera importante en el cambio del movimiento social, en especial luego de la llegada de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, que hacen más fácil, inmediata y accesible la comunicación social. Los sociólogos César Cuello y Marcos Villamán coinciden en que el fenómeno es producto del cambio que experimenta la ciudadanía en el mundo occidental, incluida la República Dominicana.
“Una buena de parte de esos movimientos provenían de sectores populares urbanos, de los clubes culturales, pero eso se ha modificado de manera sustantiva porque las izquierdas han venido de más a menos y no tienen la vigencia que tuvieron en otros momentos y además la sociedad se ha modificado en su composición social”, explicó Villamán.
Dijo que ahora la clase media tiene otras reivindicaciones y otras formas de expresarse. “Un momento culminante de estos cambios fue la lucha por el 4% en el que pudimos ver que la conducción del movimiento estuvo en las capas medias igual que los movimientos sociales medioambientales y ahora este movimiento del fin de la impunidad que también lo empuja la clase media, lo que no quiere decir que no haya sectores populares”, explicó el catedrático.
Dijo que una señal de los cambios de la ciudadanía es una muestra de los cambios sociales en la región latinoamericana y un ejemplo del empoderamiento ciudadano. “Hoy se habla de empoderamiento ciudadano, de la democracia que hemos ido construyendo a partir del 1978, esa masa respecto al mundo de lo público”, explicó. Dijo que la mayor presencia de ciudadanos en la vida pública es una prueba de empoderamiento. “Buscan que sus puntos de vista, sus concepciones y su voz sea escuchada en el sistema político tanto por los gobiernos como por los partidos políticos”, dijo.
Sostuvo que los cambios en el movimiento social también han sido influenciados por las tecnologías de la comunicación y sobre todo cuando se trata de temas que son comunes. “Lo que ha sucedido es que en muchos lugares ha habido un déficit democrático y eso está siendo suplido por demandas sociales y políticas, por la que democracia es económica, social y política, no siempre ha conseguido concretizar sus promesas y esa distancia entre la promesa y la práctica es el espacio donde se ubican los movimientos sociales”, sostuvo Villamán.
Tres etapas del movimiento social
César Cuello explicó que el movimiento social en el país ha pasado por tres etapas en la era democrática. “En una primera etapa, los movimientos sociales estuvieron motorizados por reivindicaciones más de carácter económico, como mejoras salariales, el costo de la vida, tenencia de la tierra, el precio de productos de primera necesidad, el precio de los combustibles, entre otros”, refirió.
Expuso que en un segundo momento el foco de los movimientos sociales pasa a ser más el territorio, la localidad, el espacio barrial. Se trata de lucha por mejoras del entorno de las comunidades, particularmente, arreglos de calles, servicios como agua, electricidad, entre otros.
“Una tercera etapa, que podríamos llamar actual, particularmente ubicada en los últimos 17 años, que se caracteriza por movimientos más de masas, de participación amplia de la ciudadanía por reivindicaciones de carácter nacional, como la lucha por el 4% del PIB para la educación preuniversitaria, la lucha en defensa del Parque Nacional Los Haitises y la reciente lucha contra la corrupción y la impunidad”, amplió el sociólogo
Agregó que las redes sociales han jugado un gran papel en todos esos movimientos, pero que en las actuales circunstancias es más notable.
“La irrupción de las redes sociales ha sido muy importante en este tipo de movimiento. Pero donde más claramente se ha visto el rol de las redes sociales ha sido en esta última lucha contra la corrupción y la impunidad oficial de los escandalosos hechos de corrupción que empañan los últimos gobiernos”, explicó el sociólogo y catedrático.
Son el centro, en lugar de los líderes
Una de las diferencias más importantes del movimiento social de ahora la constituye que no hay figuras o líderes que encabecen las acciones. Por ejemplo, del movimiento del 4% del PIB para la educación preuniversitaria, ninguna persona en particular capitalizó esas acciones para crear liderazgo, ni fue un líder social reconocido el que llamó a la acción social, sino jóvenes agrupados en diversos movimientos sociales con presencia en los medios de comunicación. Es decir, fue la causa, la educación, lo que generó el apoyo.
Lo mismo ocurre con la causa del fin de la impunidad y contra la corrupción que desarrolla el movimiento verde. De hecho, hay sectores políticos que han intentado quitarle valor al movimiento apoyados en “que no tiene cabeza”, y sus organizadores han aclarado desde el principio que es un movimiento ciudadano, en el que el protagonismo de personas individuales no tiene espacio.
Lo contrario ocurrió en el país en otros momentos históricos de luchas sociales, como en los años 40 donde sobresalió Mauricio Báez por encabezar los movimientos por el derecho de los trabajadores de la caña. En la década de los 90, sobresalió Ramón Almánzar y en el 1980 Julio de Peña Valdez.
Los colores y sombrillas, símbolos de movimiento
Una de las características de los nuevos mecanismos de presión social son el nivel organizativo y creativo que les caracteriza. En ese proceso, los gestores de acciones como el movimiento por el 4% del PIB se vistió de amarillo y el uso de sombrillas, gorras y prendas de vestir con ese color se volvieron casi viral en el país. Ahora ocurre lo mismo con el movimiento del “fin de la impunidad” donde el color verde es el rey y también se han confeccionado prendas de vestir alusivas a esa demanda. Otra característica de las nuevas acciones de presión social es que no tienen un líder definido y único, al que las masas sigan. En estos casos, lo que ha logrado contagiar a la población no son las personas sino los temas de alta sensibilidad social, como es la educación y ahora la corrupción y la impunidad.