Resurge con fuerza pedido de ampliar cobertura de servicios de salud mental para frenar ola de violencia
Una niña muerta a mano de su madre, otra decapitada y una menor en estado delicado tras heridas causadas por sus progenitoras. Estos trágicos hechos ocurrieron en solo cinco días: y todos guardan en común un problema de salud mental subestimado y no tratado.
Corría la tercera semana de agosto del año en curso. El lunes 12, la sociedad dominicana hablaba con notable conmoción de la tragedia de la madre que se lanzó junto a su hija de solo cuatro años de un cuarto piso, tras descubrir que la infante fue violada supuestamente por su hermana, la tía de la niña.
Los medios de comunicación estaban atentos a televisar y transmitir cada versión del hecho, las imágenes del padre de la menor esposado y su posterior testimonio, luego de ser liberado, sobre las causas que llevaron a esta mujer a cometer el acto, coparon las redes sociales.
Nadie podría prever que esta tragedia marcaría una cadena de sucesos violentos en menos de una semana y menos que las principales víctimas serían niñas entre cuatro y nueve años y que sus verdugos serían sus madres.
Ante esto, muchos se preguntan por qué ocurren esta serie de hechos en poco tiempo con elementos tan parecidos.
La doctora Francis Báez, encargada del área de Salud Mental del Servicio Nacional de Salud (SNS), admite que la población dominicana está frente a una crisis de salud mental y que la cadena de hechos violentos de los últimos días responde a lo que los teóricos llaman “efecto dominó”.
“Este viene cuando se hace una promoción de casos de violencia, aquellos que practican violencia, pero que la violencia está solapada, que no sale a la luz, entonces lo ven como actos normales, como conductas que pueden hacerse. Entonces comienza uno y otro, uno y otro”, explica. La psiquiatra subraya que “al promocionar la violencia y de la forma tan cruenta en que se está haciendo a nivel de los medios de transmisiones lamentándolo mucho esto lo que hace es desensibilizar a un grupo de personas ya violentas y a otras personas entonces afectarles su salud mental”.
En esa dirección, recomienda tener un cuidado especial en el tratamiento de la información. “Nosotros debemos saber cómo vamos a referirnos cuando vamos a hablar de un caso de violencia, utilizar los términos menos peyorativos posible, los términos que menos dañen”, exhorta.
“Y sí, estamos en crisis, pero estamos en crisis hace mucho. La población dominicana entera está en un caos emocional”, afirma la especialista
Como muestra, dijo que el pasado lunes recibió en su consultorio, seis pacientes, de los cuales cinco estaban en un estrés postraumático alimentado “por todas las cosas que han visto en las redes y en los medios que se ven tan cruentos y tan fuertes”.
Lamenta que todavía la salud mental esté estigmatizada y no se le haya dado la importancia que tiene. “Cuántas veces he dicho que la salud mental no es el esquizofrénico y no es el bipolar, que esa salud mental es tu gozar de un buen confort con todo lo que tú tienes y disfrutar de la vida en todo tu esplendor, cuando una de esas áreas se afecta, se afectó la salud mental”, puntualiza.
En relación a esta exposición de situaciones violentas, la doctora explicó que la persona afectada comienza a manejar dentro sí ciertas impotencias y frustraciones y explotan; en muchos casos derivan en el alcohol, las drogas, la violencia, inclusive en la disfuncionalidad.
Frente a esta realidad, la especialista aboga por políticas públicas y mayor presupuesto para la salud mental. En ese orden, propone que todas las instituciones públicas y privadas tengan un departamento de salud mental en el que se les dé respuesta a sus usuarios.
Desde su visión, debería existir en el país una dirección general o un viceministerio dedicado a la salud mental, con facultad para exigir a cada institución que disponga de un presupuesto para estos temas.
La problemática se agrava ante la falta de cobertura. Sobre el particular Báez, precisó que aproximadamente 50 mil psicólogos no están dentro de un sistema ni público ni privado, y si están en el privado es pequeño el número.
Adars apoya ampliar cobertura
Abordado sobre el tema, el presidente de la Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud, José Manuel Vargas, dijo que la entidad está dispuesta a acatar una medida que vaya orientada a incrementar el catálogo de prestaciones de salud mental.
Pero recordó que esta decisión depende del Consejo Nacional de Seguridad Social, ente que le corresponde la evaluación y aprobación de las propuestas que se lleven a su seno.
Personas se niegan a buscar ayuda
Uno de los hechos que más ha consternado a la población en los últimos días es la decapitación de una niña de seis años en Santo Domingo Este, siendo la principal sospechosa Josefa García Cuello, su madre. Ha sorprendido a muchos, inclusos a quienes la conocen, que esta religiosa, que además es médico y militar, fuera capaz de arrebatar de manera tan atroz la vida a su pequeña. Llama aún más la atención la manera tan fría en que se defiende de las acusaciones al atribuir a espíritus malignos el crimen: una clara evidencia de algún trastorno mental.
Sobre la situación, el presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue), reconoce que “mucha gente llega a nuestras iglesias con vacío existencial y aun con problemas mentales y a veces ese problema mental se aferra a esa fe y se convierte en una fe tóxica”.
Sostuvo que muchos en la comunidad cristiana se resisten a ir a los psiquiatras y psicólogos y que algunos líderes y pastores asuman el rol de un profesional de la conducta.
En esa dirección exhortó al Estado dominicano priorizar el tema.