El seminario tiene 106 seminaristas internos y unos 60 que son externos
En medio de una sociedad que “ayuna” en valores y que se refleja en la criminalidad, la violencia y la corrupción, hay que tratar de que los jóvenes que quieren formarse para ser sacerdotes busquen la verdad en su corazón, se den la oportunidad de acercarse a Jesucristo, y que no tengan miedo de decir sí al llamado que Él le hace, porque de esa forma se puede colaborar con un mundo mejor, con una sociedad más sana.
El planteamiento lo hizo el rector del Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino, padre José Amable Durán Tineo, en una entrevista a elCaribe, donde expresó que la misma sociedad y la familia son puntos clave para restaurar esos valores y hacer que los jóvenes tomen conciencia de aportar para una mejor convivencia social, y donde pueden servir a las comunidades a través del llamado al sacerdocio.“La sociedad debe mirar y estar más atenta a vivir los valores humanos y cristianos, porque una sociedad sin valores se destruye, y esto no lo digo como sacerdote o cristiano, lo digo como ciudadano, porque cuando una sociedad vive en valores la injusticia, criminalidad, violencia y corrupción, suceden pocas veces”, observó el sacerdote, quien se encarga del proceso de formación espiritual de los futuros sacerdotes.
¿Cuál es el primer paso para acoger a un joven que quiere ser sacerdote?
En la formación del joven que quiere ser sacerdote hay varias etapas como son las jornadas vocacionales y círculo vocacional. Estas etapas se pueden realizar en las parroquias como en los seminarios. Cuando el joven quiere ir al seminario, generalmente se acerca al párroco, a una catequista, o a sus padres y le expresa su inquietud vocacional. De ahí que esa persona lo pone en contacto con el párroco, e inmediatamente el promotor vocacional lo llama y lo invita a una reunión con los demás aspirantes de la zona que han tenido la misma inquietud.
¿Qué son las jornadas vacacionales?
Es un encuentro de un fin de semana con jóvenes que tienen inquietud vocacional. El encuentro se realiza en el seminario menor, y algunas de estas jornadas son abiertas para los que deseen participar, otras son para seleccionar a los que ya han estado en el proceso, y el equipo vocacional ha visto que tienen más aptitud para ser elegidos y así, después de observarlo y tener un diálogo con ellos, deciden quienes pueden entrar al seminario, aunque al final la decisión es del joven que puede decir sí o no.
¿Cuántas etapas se viven en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino?
En este seminario hay dos etapas que son el filosofado, donde el seminarista se gradúa en esa área, pero el énfasis se pone a nivel espiritual en formar al discípulo, donde se va experimentando una conversión interior, en la que se hace una opción por Jesús. Una vez terminado ese proceso se pasa a la etapa de la teología. En esta etapa año tras año hay una solicitud oficial al arzobispo u obispo de la diócesis, donde el candidato pide libre y voluntariamente ser admitido como candidato a las sagradas órdenes del diaconado y presbiteral. Luego el segundo año se le instruye como lector oficial donde se le hace insistencia, además de los estudios y el trabajo pastoral, en profundizar en la palabra de Dios. En el tercer año hacen el acolitado que es un servidor del altar, donde el seminarista ayuda al sacerdote con todo lo que tiene que ver con preparar las ofrendas, distribuir la sagrada comunión, en caso extraordinario pueden ir a visitar una comunidad, por eso es una etapa de configuración progresiva con Jesucristo a través de todos esos ministerios hasta llegar al sacerdocio.
¿Qué pasa cuando el seminarista descubre que no tiene vocación? ¿Él se va o ustedes conversan con él?
Eso ha pasado con frecuencia, después que el joven tiene un tiempo en el seminario, ha expresado que siente que no tiene vocación, otras veces somos nosotros que le decimos que hay actitudes en él que indican que ese no es su camino. En ese sentido uno le ayuda para que comprendan y para que tomen una decisión. Los seminaristas tienen su director espiritual que los ayuda en su proceso, pero otras veces son ellos quienes hacen la carta y deciden no continuar porque sienten que su realidad es otra.
¿Cuántas dimensiones se trabajan en el seminario Mayor?
Nosotros trabajamos con cuatro dimensiones que son la humana, la espiritual, la académica y la pastoral. La dimensión humana implica la madurez afectiva, la disciplina, el deporte, y otras áreas, así como los valores humanos. La espiritual es la esencial en los seminarios, porque los sacerdotes son personas que van a cultivar el espíritu propio, y el énfasis se pone en la comunión con Jesucristo, en la profundización de la palabra de Dios. La académica tiene la filosofía que le permite conocer el pensamiento humano desde los primeros filósofos, el cual le da una visión de todo el pensamiento filosófico, y que ayuda a comprender los valores humanos que asumen y como pueden transmitirlo. Lo mismo pasa con la fe, la teología nos ayuda a entender la fe, no nos da la fe. En el seminario hacemos una pastoral interna, porque cada uno de los seminaristas tiene una responsabilidad, el cual es como una forma de poner al servicio lo que se aprende en el seminario.
¿Cómo integran a la familia en el proceso de formación?
La familia es lo más importante, ese es el primer seminario. Si no hay familia no hay sociedad ni hay iglesia. Los seminaristas tienen la oportunidad de visitar a su familia, y también de que la familia lo visite. En noviembre tenemos un día dedicado a la familia, donde ellos vienen y comparten. Pero también hay un contacto con sus familiares. Nosotros hacemos énfasis en que el seminarista conozca a sus padres, porque muchas veces no los conocen.
¿Cómo se mantiene el seminario económicamente?
Mantener el seminario no es fácil, pero tenemos varias fuentes, la primera es que cada obispo debe pagar al seminario 8 mil 500 pesos por seminaristas; también organizamos dos actividades en el año para recaudar fondos que son un desayuno conferencia y la cena Pan y Vino. Además hay personas que se acercan y hacen su donativo. También nosotros recibimos ayuda de Advenia, que es una institución alemana, entre otras que nos ayudan a pagar personal, profesores, cubrir alimentación, energía eléctrica, asuntos de oficina.
¿Cómo están fortaleciendo la formación en el seminario?
A la luz de la recomendación del papa Francisco de que los obispos se preocupen más por la formación de los seminarios, aquí se está fortaleciendo. Los obispos están más preocupados, y al respeto nosotros tenemos pautado un encuentro con monseñor Jorge Carlos Patrón Wong, secretario de la sagrada congregación para el clero, que viene a trabajar con nosotros la forma básica para la formación en la RD y de ahí saldrá un proyecto formativo para revolucionar la formación.