A grandes rasgos, el discurso que pronunció ayer el presidente Danilo Medina en la Asamblea Nacional puede decirse que estuvo en sintonía con lo que demandan las circunstancias.Fue una alocución histórica al dar respuesta a la vieja demanda de un salario digno para la Policía que ahora será de 16, 150 pesos para los rasos frente a 7 mil que ganaban hasta enero de este año. Por otro lado, el discurso fue“apaga fuego”, pues Medina en lugar de ponerse a la defensiva frente al movimiento “Fin de la Impunidad” se declaró su principal aliado.
La esperada alocución del gobernante también fue inclusiva pues abarcó los temas que la opinión pública demandó como es el caso de corrupción de Odebrecht y al mismo tiempo demostró firmeza en la defensa que hizo de las plantas de generación eléctrica que se construyen en Punta Catalina, Baní, al advertir que hay sectores económicos que intentan detener ese proyecto, pero que no lo permitirá.
Al mismo movimiento verde, Medina le dijo claramente que los casos de corrupción se someterán al ritmo que manda la ley y no como manda la calle. “Sé que a muchos les gustaría que la Procuraduría apresure el paso y envíe ya los sometimientos. Sin embargo, la experiencia en el país con el apresuramiento en la preparación de expedientes judiciales no es buena.
Un sometimiento apresurado y mal fundamentado, aunque sería muy bien acogido por la sociedad y contribuiría a elevar la popularidad del Gobierno, podría también terminar siendo el mejor aliado de la impunidad”, declaró.
Ahora lo que está por verse es si después del discurso del presidente Medina la presión contra el Gobierno, que ya ha afectado la popularidad del gobernante, comienza a bajar. Para la politóloga Rosario Espinal eso no sucederá, pues aunque el presidente “le habló al movimiento verde”, lo cierto es que su discurso no llenó las expectativas de las demandas.
“Se quedó corto pues aunque dijo que está de acuerdo en la lucha contra la corrupción y contra la impunidad no indicó medidas concretas dados los casos de impunidad y de corrupción que están en la palestra y no es suficiente decir que a la justicia que actúe”, argumentó.
Agregó que el presidente debió aprovechar el discurso para anunciar medidas contundentes. “Porque ese es el problema que está generando mayor enfrentamiento con el Gobierno y él no dijo claramente cómo el Gobierno va a enfrentar la corrupción en casos como los que han ocurrido como Odebrecht, Tres Brazos, CEA, que son recientes”, dijo.
Pasar de las palabras a los hechos, el gran reto
El reto del presidente Medina ahora es pasar de las palabras a los hechos, pues después de su compromiso de lucha contra la corrupción si no se sanciona a los supuestos sobornados por Odebrecht y otros funcionarios involucrados en escándalos por mal uso de sus funciones como el caso del CEA, podría avivar la llama de las protestas. El gobernante no habló de la independencia de los poderes para tratar los casos de corrupción.