Luego de varias protestas, la última repelida a tiros, a los trabajadores del ingenio Barahona les dieron sus prestaciones

Con motores, alimentos, ropa y una enorme esperanza de mejorar las condiciones de sus familias, cientos de picadores de caña que laboraban en el ingenio Barahona fueron repatriados a Haití, luego del cierre de la zafra.

Los migrantes recibieron sus prestaciones laborales del Consorcio Azucarero Central (CAC), arrendataria del ingenio. Algunos por periodos cortos y otros por muchos períodos, como el caso de personas que tenían hasta 19 zafras, según informaron a elCaribe trabajadores y allegados a ellos.

La liquidación de los trabajadores estuvo antecedida por varias protestas de los cañeros: la más reciente fue en mayo de este año donde varios picadores de caña resultaron heridos de perdigones por disparados hechos por miembros de la Policía Nacional y Ejército que acudieron al lugar ante un llamado de la empresa azucarera.

El 26 de mayo, según reportaron residentes del Batey 5, provincia Bahoruco, donde está el complejo habitacional de los picadores de caña, así como empleados de la empresa testigos de los hechos, al menos 14 trabajadores resultaron con heridas por armas de fuego, armas blancas, fracturas y otras lesiones graves, mientras otros fueron deportados por la Dirección General de Migración (DGM) debido a que paralizaron sus labores en demanda de mejoras salariales y de condiciones de trabajo.

Una vez concluido el periodo de zafra, 25 de diciembre del 2023 al 17 julio 2024, la empresa procedió a liquidar a todo el personal cañero que residía en el complejo construido para esos empleados. Al inicio del proceso de pago, un inspector del Ministerio de Trabajo estuvo presente en el lugar.

Con esos recursos, los cerca de 400 trabajadores haitianos, compraron motocicletas, alimentos, ajuares para el hogar y prendas de vestir, las cuales fueron transportadas junto a ellos en once buses grandes amarillos (en los que usualmente van y regresan de trabajar) y una camioneta hasta el punto fronterizo de Jimaní, por una comitiva integrada por agentes de migración, personal del CAC, una ambulancia y dos patrullas de la Policía Nacional.

Pero la prestación no fue lo único que se llevaron. Antes de cobrarlo, la compañía celebró la fiesta de cierre de zafra en la que se sortearon electrodomésticos, kit de alimentos, juegos de dominó y mesas, bonos, entre otros.

“Siempre lo hacen pero este año fue más organizada”, comentó uno de los participantes.

Empleado herido de perdigones en protesta.

¿Volverán?

La decena de hombres que con sentimientos encontrados se dirigía a Haití por el paso fronterizo llamado Mal Paso, hablaban entre sí sobre su futuro. Pues, fruto de la huelga por mejoras salariales, consideran que no volverán a ser reclutados por la compañía para una próxima zafra.

Otros, de manera puntual señalan que no regresarán por los montes, como suelen hacer algunos cuando llega la época para el corte de caña, para no ser confundidos con pandilleros haitianos, en virtud de la gran crisis que se vive en esa nación.

“Algunos dicen que no volverán por los montes para que no los confundan con delincuentes”, explicó una persona en condición de anonimato a elCaribe, al señalar que a los migrantes los podrían confundir con pandilleros que estén huyendo de las tropas kenianas que están ahora apoyando a la Policía Nacional haitiana.

En ese sentido, señaló que esos picadores de caña volverían para trabajar en la siguiente zafra si el CAC los fuera a buscar.

“Dicen ellos que no creen que va hacer posible que los vayan a buscar y que será difícil volver porque la empresa no tiene su dinero y tampoco ellos tienen dinero de la empresa”, manifestó al enfatizar que entre las personas liquidadas tienen entre 4 y 10 años laborando para la empresa azucarera.

Once buses, una ambulancia y agentes de Migración llevaron los migrantes a la frontera.

Repatriación ordenada

Los once buses del Consorcio Azucarero depositaron en la frontera a los migrantes. De forma ordenada, agentes de Migración les tomaron las huellas dactilares, datos biométricos, de acuerdo al protocolo establecido por la República Dominicana como medida de seguridad nacional y también para tener una base de datos de las personas que entran y salen de Haití.

De igual manera, miembros del Ejército inspeccionaron las maletas, mochilas y mercancías que traían consigo los migrantes. Lo propio se hizo a través de la Dirección General de aduanas (DGA) para el traslado de las motocicletas y otros bienes. Debido a la hora de llegada el proceso en la DGA no se completó el mismo día.

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