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Agencias;- Mientras el Congreso se reúne en medio de una tormenta invernal para certificar la elección del presidente electo Donald Trump, el legado del 6 de enero se cierne sobre el proceso con un hecho extraordinario: el candidato que intentó anular la elección anterior esta vez ha ganado, y regresa legítimamente al poder.
Los legisladores se reunirán el lunes a mediodía bajo el nivel de seguridad nacional más estricto posible. Capas de altas vallas negras flanquean el complejo del Capitolio de Estados Unidos en un crudo recordatorio de lo que ocurrió hace cuatro años, cuando un Trump derrotado envió a su turba a “luchar como el infierno” en lo que se convirtió en el ataque más espantoso contra la sede de la democracia estadounidense en 200 años.
Esta vez, no se esperan violencia, protestas ni siquiera objeciones procedimentales en el Congreso. Los republicanos de los niveles más altos de poder que desafiaron los resultados de las elecciones de 2020 cuando Trump perdió ante el presidente Joe Biden no tienen reparos este año después de que éste derrotara a la vicepresidenta Kamala Harris.
Y los demócratas, frustrados por la victoria de Trump en el Colegio Electoral por 312-226, aceptan sin embargo la elección de los votantes estadounidenses. Incluso la amenaza de una enorme tormenta de nieve que se abalanza sobre la región no se espera que interfiera con el 6 de enero, el día establecido por ley para certificar el voto.
“Ya sea que estemos en una ventisca o no, vamos a estar en esa cámara asegurándonos de que esto se haga”, afirmó el domingo en Fox News el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, un republicano que ayudó a liderar los esfuerzos de Trump para anular las elecciones de 2020.
El regreso de la jornada a una tradición estadounidense que pone en marcha el traspaso pacífico del poder presidencial viene ahora con preguntas, ya que Trump se prepara para tomar posesión de su cargo dentro de dos semanas con una revivida sensación de autoridad. Niega que perdiera hace cuatro años, cavila sobre la posibilidad de permanecer más allá del límite de dos mandatos en la Casa Blanca que establece la Constitución y promete indultar a algunas de las más de 1.250 personas que se han declarado culpables o han sido condenadas por delitos por el asedio al Capitolio.
Lo que no está claro es si el 6 de enero de 2021 fue la anomalía, el año en que los estadounidenses atacaron violentamente a su propio gobierno, o si la calma esperada de este año se convierte en la excepción. Estados Unidos está luchando por hacer frente a sus diferencias políticas y culturales en un momento en que la democracia en todo el mundo está amenazada. Trump llama al 6 de enero de 2021 un “día de amor”.