El ministro de Educación, Ángel Hernández, plantea que la sociedad debe empoderarse, especialmente los padres, las iglesias y los medios de comunicación, para exigirles a los profesores que cumplan con su rol de impartir docencia y dejen de paralizar las escuelas en cualquier circunstancia, en perjuicio de los alumnos más pobres de la República Dominicana.
La propuesta de Hernández surge en respuesta a la “actuación vergonzante” y “absurda” de los maestros de Cotuí que decidieron tomarse el martes 28 de febrero como un día de descanso, tras la conmemoración del 179 aniversario de la Independencia Nacional.
El funcionario considera que la actitud de los docentes de la provincia Sánchez Ramírez es lamentable, por lo que entiende que la sociedad debe repensar el rol que juega la educación en el desarrollo y la responsabilidad que tienen los profesores en el proceso de formación de las nuevas generaciones.
“Es un absurdo que precisamente por cumplir con una responsabilidad que tiene la escuela con la historia y con la Independencia Nacional, los docentes decidan paralizar las escuelas después de haberles rendido honor a la patria. Me parece que es el desatino mayor que ha ocurrido en el sistema educativo en los últimos tiempos. Es realmente vergonzante esa actitud de los docentes de Cotuí y, sobre todo, es un acto de gran irresponsabilidad”, expresó el funcionario al ser entrevistado en el programa Despierta con CDN.
Repensar hacia dónde vamos
El ministro de Educación recalca que la sociedad tiene que repensar qué es lo que realmente quiere sobre el futuro de la educación, si es soportar constantemente los procesos de lucha que hace la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en el sentido de que paralizan las escuelas por cualquier circunstancia, o procurar un compromiso serio con la calidad de la educación.
“Me parece que lo justo y razonable es que la sociedad, como un todo, le exija al sindicato de profesores la responsabilidad histórica de recuperar los procesos educativos que, sin duda alguna, sufrieron considerablemente con la pandemia y que los pobres son los que más sufren.
Sostuvo que en los problemas de la ADP hay muchas responsabilidades compartidas. En ese sentido, explicó que la familia debe asumir una actitud más proactiva y de mayor conciencia en cuanto a procurar la garantía del derecho a la educación de sus hijos y que los profesores tienen que cumplir con sus funciones.
En Azua los padres se empoderaron
Para demostrar que esta estrategia produce resultados positivos, el ministro de Educación puso como ejemplo el caso de una escuela en la ciudad de Azua, donde, según dice, los docentes llevaban tres días acudiendo a la escuela y dejaban a los alumnos fuera del plantel educativo, hasta que los padres se “empantalonaron” y decidieron sacar a los profesores de las escuelas. “Si los niños no vienen, ustedes tampoco. Y eso es responsabilidad”, añadió.