Enfrentar la evasión fiscal, regular las exenciones, aumento de recaudaciones y clase media son temas sensibles
Las distorsiones estructurales en los mecanismos de recaudación de impuestos en la República Dominicana figuran entre los principales aspectos a modificar en una reforma fiscal con miras a evitar una crisis macroeconómica.
En tal sentido, uno de los aspectos principales en que deben enfocarse las autoridades gubernamentales es fortalecer la capacidad para enfrentar la evasión fiscal y el tema de las exenciones fiscales sin hacer un verdadero análisis de costo beneficio.
Así lo establecieron los economistas Jaime Aristy Escuder, Magín Díaz y Miguel Collado durante un conversatorio sobre las perspectivas de la reforma fiscal, organizado por la Escuela de Negocios y la Escuela de Economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), bajo la moderación del director de la Escuela de Economía, Magín Díaz.
“La solución a esto (de la reforma fiscal) no será fácil. El Gobierno tiene tres décadas con déficit y vendrá una vacuna que será dolorosa”, advirtió Díaz, al describir que sería contraproducente impulsar una reforma cuando no hay control en la evasión fiscal.
Escuder dijo que para promover el crecimiento económico se debe tener un sistema impositivo más neutral, es decir que no haya distorsiones, y que una de las precondiciones para ejecutar una reforma tributaria es enfrentar la evasión y que para el tema de las exenciones hay que hacer un análisis de costo beneficio y verificar el aporte que realmente están realizando a la economía.
Al hablar ante un auditorios lleno de estudiantes con una edad promedio de menos de 30 años, señaló que el sistema tributario de RD es ineficiente, injusto y distorsionantes.
“Es ineficiente porque no recauda lo que tiene que recaudar, es injusto porque hay quienes son más ricos porque están pagando menos en términos proporcionales y dos iguales, uno está pagando dos y tres veces más que otro, y es distorsionante porque en las decisiones de los agentes económicos, el objetivo número uno es tratar de evadir el pago de impuestos”, enfatizó el economista.
Destacó que toda reforma tributaria debe venir con un análisis de impacto sobre el bienestar de la población, por lo tanto, una reforma tributaria debe complementarse con un análisis riguroso del impacto de las medidas tributarias y compensatorias sobre la desigualdad de ingresos y la pobreza.
Collado, vicepresidente Ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), propone reducir la tasa impositiva para aumentar las recaudaciones y citó que otros países de la región se están beneficiando de inversiones más calificadas, precisamente por aplicación de medidas económicas de este tipo.
“Se debe crear un sistema tributario que permita atraer inversiones, empresas que agreguen valor. Que no nos limitemos al turismo o zona franca. Aprovechar el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos” lo cual no ha sido posible debido a que el sistema tributario local es sumamente penalizador de la inversión, refirió al citar como ejemplo el hecho de que al ahorro se le haya colocado un impuesto.
Indicó que el Gobierno tiene dos objetivos principales: recaudar suficiente para aumentar el gasto y reducir el déficit. “Eso implica que el Gobierno está pensando en una reforma que recaude mucho”, afirmó
Reforma del 1992
Ambos panelistas coincidieron en establecer que la mejor reforma que ha tenido la República Dominicana fue la del año 1992. Sobre este punto, Magín Díaz explicó que el éxito de dicha reforma se debió a dos factores fundamentales: fue la crisis macroeconómica, más grande que ha tenido el país, y porque se trabajó durante tres años en ella.
“Ahí pasaron dos cosas, la primera, lo que detonó ese gran consenso que hubo entre toda la sociedad, los sindicalistas, fue una gran crisis macroeconómica. Lo que ahora el Gobierno quiere hacer es hacer la reforma antes de una crisis y a veces las crisis fuerzan ese consenso pero lo que no queremos es llegar a esa crisis macroeconómica”, describió el director de la Escuela de Economía de la PUCMM.
Aristy Escuder dijo también que es imprescindible atender las pérdidas que deja el sistema eléctrico dominicano.
“No podemos hacer una reforma tributaria para tirarla a un agujero eléctrico que representa todos los años 1,500 millones de dólares con tres empresas quebradas (las distribuidoras de electricidad)”, y propuso instalar distribuidores inteligentes que permitan desconectar a quien no esté pagando el servicio.
Sobre este aspecto, el economista Collado refirió que se debe despolitizar el sistema eléctrico en el país para garantizar un efectivo y correcto manejo de esa cuestión.