Una posible depreciación del peso dominicano, el estancamiento del crecimiento económico y una inflación persistente marcan el escenario de 2025 para la República Dominicana.
Así lo advierte Alejandro Grisanti, economista y presidente de Ecoanalítica RD, quien en entrevista con Siendo Honestos esboza un panorama que obliga a la cautela tanto desde el Gobierno como desde los hogares dominicanos.
“Estamos en un momento de presión del dólar. El Banco Central podría cambiar el patrón de intervención que mantuvo por años. En Ecoanalítica estimamos que la depreciación del peso podría estar entre un 8 y un 10 por ciento”, señala Grisanti.
El cálculo que maneja su firma sitúa el tipo de cambio de equilibrio entre RD$67 y RD$67.5 por dólar, impulsado por una inflación acumulada más alta que la de EE.UU. y un diferencial persistente en las tasas de interés. En su opinión, frenar ese movimiento tendría un alto costo: en reservas internacionales y en la sostenibilidad de las tasas locales.
Una economía que se enfría
República Dominicana, que durante seis décadas ha sido una de las economías más dinámicas de América Latina, enfrenta hoy lo que Grisanti llama un “viento en contra estructural”. Aunque el país sigue mostrando fundamentos sólidos, las proyecciones para 2025 no son alentadoras.
“Cerrará con un crecimiento por debajo del 3%. En cualquier país de la región sería una buena noticia, pero en RD, donde el promedio ha sido del 5%, es motivo de alerta”, indica.
La combinación de tasas altas en EE.UU., la amenaza de nuevos aranceles globales y un entorno incierto para el nearshoring han obligado al gobierno dominicano a reducir la inversión de capital, lo que ya se refleja en el desplome del sector construcción, que cayó un 7% en los últimos meses.
Recomendaciones al ciudadano: conservar más, arriesgar menos
Ante el escenario, Grisanti recomienda una actitud conservadora. No por pánico, sino por estrategia.
“Este es un año para cuidar el empleo, controlar el gasto y evitar deudas innecesarias. No hay que asustarse, pero sí actuar con prudencia”.
Sugiere diferenciar con claridad entre gasto e inversión. Comprar un vehículo, por ejemplo, es una decisión que genera gastos adicionales. Invertir en una vivienda, en cambio, puede ser una decisión más sólida y estable para quienes ya tienen cubierta su residencia principal.
Estados Unidos: incertidumbre, elecciones y Trump
La incertidumbre que pesa sobre la economía global tiene un rostro: el regreso de Donald Trump tras las elecciones.
“Trump tiende a elevar el tono antes de negociar. En estos meses, estamos viendo una ofensiva de aranceles que no se han visto desde la Segunda Guerra Mundial. Eso ya está teniendo efectos globales sobre la inflación y el comercio.”
Según Grisanti, esa incertidumbre podría durar hasta noviembre de 2025, cuando se celebren las elecciones de medio término. Hasta entonces, el mundo –y RD– operarán con cautela.
Un llamado a la reforma y a la responsabilidad
Finalmente, el economista hizo énfasis en el valor del crecimiento como activo nacional. Asegura que para sostenerlo es imprescindible retomar la discusión fiscal con responsabilidad.
“Una reforma es necesaria si queremos invertir en educación y reducir la deuda. El sector privado tuvo tiempo para prepararse, pero la propuesta presentada fue débil. No podemos perder lo que tanto nos ha costado construir.” Y concluye con una recomendación que suena casi a filosofía de Estado: “La gradualidad no es mala. Se puede avanzar paso a paso, pero lo importante es avanzar”.