El Gobierno anticipa que el déficit fiscal al cierre del año se desvíe de lo previsto y se expanda hasta 3.5 % del PIB, a consecuencia de la incertidumbre respecto a la persistencia y profundidad de las presiones inflacionarias.

A ese panorama le suma “un entorno internacional menos favorable a lo previsto” en el cual “han posado riesgos al alza en la materialización del resultado fiscal presupuestado”.

En un documento titulado “Marco Fiscal de Mediano Plazo 2022-2026”, el Ministerio de Hacienda (MH) resalta que dicha estimación está sujeta al desarrollo futuro de las condiciones en el entorno doméstico y la dinámica de los precios que permea el panorama global.

Plantea el documento, colgado en la página web del MH, que la formulación presupuestaria de cara al año 2022 contempla los recursos necesarios para seguir apoyando continuamente el proceso de recuperación y relanzamiento de la economía a través de los programas, actividades y obras de alta rentabilidad social focalizados en la generación de encadenamientos productivos. “Atendiendo a las promisorias perspectivas económicas prevalecientes durante la etapa de formulación, las estimaciones de los ingresos y los topes presupuestarios plantean un déficit de 3.0 % del PIB, una reducción significativa respecto al déficit de 4.0 % del PIB aprobado para el 2021, alineado con el proceso de consolidación fiscal al que se ha abocado la actual gestión gubernamental”.

El MH precisa que “no obstante, la incertidumbre imperante en el panorama internacional, caracterizada en la persistencia de los cuellos de botella en la cadena global de suministros y el escalamiento del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, han suscitado tendencias inflacionarias en los precios de las materias primas que han generado grandes presiones presupuestarias no previstas durante el proceso de formulación” del Presupuesto General del Estado 2022.

Cita que en el transcurso del primer cuatrimestre del año y con el objetivo de garantizar el bienestar de los hogares ante la dinámica alcista de los precios internacionales “se han implementado iniciativas orientadas en subsidiar el precio de los combustibles, insumos fundamentales para el aparato productivo nacional y el financiamiento del sector agropecuario, así como en desmontar temporalmente los aranceles de múltiples productos de consumo masivo y expandir las ayudas sociales focalizadas”
Según el documento del MH, “a estos gastos no contemplados dentro del presupuesto se adiciona la creciente demanda de recursos a destinar al sector eléctrico a raíz del shock en los precios del petróleo”.

“La incertidumbre respecto a la persistencia y profundidad de las presiones inflacionarias aunado a un entorno internacional menos favorable a lo previsto, han posado riesgos al alza en la materialización del resultado fiscal presupuestado. Atendiendo a estos factores, las últimas estimaciones prevén que el déficit fiscal al cierre del año se desvié de lo previsto, expandiéndose hasta 3.5% del PIB. Cabe resaltar que dicha estimación está sujeta al desarrollo futuro de las condiciones en el entorno doméstico y la dinámica de los precios que permea el panorama global.

Lineamientos de la política fiscal

En otro enfoque el documento dice que los lineamientos de la política fiscal en el mediano plazo están orientados a anclar el sendero de endeudamiento público al marco de la sostenibilidad en aras a garantizar la asignación de recursos públicos para atender a las demandas sociales sobre las cuales se diseñó el programa de Gobierno y posicionar la calificación soberana dominicana en grado de inversión. Explica que dichos objetivos se enmarcan en la disciplina fiscal, el fortalecimiento de los ingresos tributarios y la focalización de los recursos públicos; y tienen como eje transversal la generación de las condiciones para propiciar la estabilidad macroeconómica que ha caracterizado al entorno doméstico”.

El Ministerio de Hacienda resalta que el desafío de hacer frente a los problemas estructurales que históricamente han afectado el país requiere de la generación de los espacios fiscales que permitan a las autoridades ejecutar las políticas necesarias sin aumentar los riesgos fiscales, ni comprometer el futuro de las finanzas públicas. “En este sentido, el diseño de la política fiscal de mediano plazo comprende dos componentes fundamentales, uno de carácter estratégico y otro de carácter operativo. El primero involucra la reducción de las necesidades brutas de financiamiento y consecuentemente el acotamiento de los niveles de endeudamiento público; el segundo conlleva la contención de gastos superfluos, el incremento de la presión tributaria y el manejo eficiente del portafolio de deuda”, puntualiza. Y agrega que a modo estratégico se contempla una senda de consolidación gradual y continua del déficit fiscal, que permitirá en un plazo prudente tener un equilibrio en las finanzas públicas y reducir el peso del servicio de la deuda sobre los ingresos fiscales”.

La reestructuración que se procurará mantener

El documento detalla que el segundo componente, de carácter operativo, se focaliza en garantizar el financiamiento de los lineamientos dentro del plan de Gobierno mediante la gestión de las fuentes y el destino de los recursos públicos. Asimismo, expone que a este efecto se mantendrá la política de priorización y racionalización del gasto público a nivel de rubros específicos de forma tal de que el gasto primario se comporte en consonancia con la dinámica esperada de los ingresos. En este marco, se hace imprescindible la mejora en la calidad y la eficiencia del gasto para garantizar la efectividad de la política fiscal y la generación de ahorros para destinarles a usos productivos.

Plantea que esto involucra seguir la reestructuración de la arquitectura institucional del Estado, de forma que se eviten redundancias e ineficiencias en el manejo de los recursos.

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