La historia de las exploraciones de petróleo en la República Dominicana se remonta al año 1872 cuando William Gabb reportó la presencia del petróleo que flotaba sobre las aguas del arroyo Higüerito, al noroeste de Azua, petróleo que era utilizado por los vecinos para alimentar lámparas que iluminaban las oscuras noches en una época en que la electricidad todavía era desconocida. Ese reporte de William Gabb atrajo al país a la empresa inglesa Lancaster & Kreider, la cual en el año 1905 perforó un exitoso pozo somero, justo en la margen derecha del arroyo Higüerito, cuya tubería vertical todavía se encuentra en el mismo lugar.
Luego, Petrolera Dominicana decidió explorar la misma zona noroeste de Azua, y para el año 1939 perforó el pozo Maleno 1, el cual ha sido el más exitoso de todos los pozos que han sido ejecutados en el territorio dominicano, al extremo que hoy día, 80 años después de haber sido ejecutado, el pozo continua produciendo petróleo.
Pero lo más significativo para el futuro energético dominicano es que esos dos exitosos pozos están ubicados en un territorio insular que ocupa la porción central de un territorio regional donde han sido descubiertos las mayores reservas petrolíferas del mundo, pues al sur de la República Dominicana están los yacimientos petrolíferos venezolanos, los mayores del mundo, al oeste de la República Dominicana están los gigantescos yacimientos petrolíferos del golfo de México, los que son explotados por México y Estados Unidos, al noroeste de la República Dominicana están los yacimientos petrolíferos de Varadero, en la isla de Cuba, y al sureste de la República Dominicana están los yacimientos petrolíferos y de gas de Trinidad, lo que indica que si en diferentes lugares de la cuenca del Caribe han sido descubiertos grandes depósitos petrolíferos y de gas, la República Dominicana, ubicada en el centro, y con presencia visible de petróleo, debe hacer todos los esfuerzos necesarios para desarrollar programas exploratorios que permitan conocer en cuáles zonas del territorio dominicano podemos tener petróleo y gas en cantidades suficientes para su explotación y comercialización.
Y eso es lo que acaba de hacer en la pasada semana el ministerio de Energía y Minas, al recibir de manos de Apache Dominican Republic Corporation la primera propuesta que, al ser presentada bajo la modalidad de subasta abierta, y al cumplir con todos los términos de referencia exigidos por el ministerio, incluido el alcance mínimo de 800 unidades de trabajo, alcance que fue sobrepasado en 200 unidades, le ha ganado el derecho de explorar la plataforma marina de San Pedro de Macorís, exploración que puede incluir el uso de reflexión sísmica, gravimetría, magnetometría, resistividad y perforaciones profundas, como escoja la empresa en base a sus experiencias en cuencas sedimentarias similares, pues en este caso se trata de una empresa que ha tenido grandes éxitos en la exploración y en la explotación de petróleo y gas en Estados Unidos, Egipto y otras partes del mundo.
Otras zonas abiertas a la exploración petrolera y de gas incluyen 3 áreas en la cuenca del Cibao Oriental que cubre la zona comprendida entre La Vega, Bonao, Duarte, Sánchez Ramírez y el bajo Yuna; 3 áreas en la cuenca del Cibao Occidental que cubre la zona comprendida entre Espaillat, Santiago, Valverde y Montecristi, 3 áreas en la cuenca de Azua-Enriquillo que cubre la zona comprendida entre Azua, Barahona, Bahoruco e Independencia, y 2 áreas remanentes en la cuenca de San Pedro de Macorís; pero como el territorio dominicano es relativamente extenso, y toda la información resultante de las exploraciones previas está disponible para todas las empresas interesadas en explorar nuestro subsuelo, se espera que otras empresas escojan las áreas que más se ajusten a los modelos tridimensionales resultantes del procesamiento de la data subsuperficial disponible, pues todo programa exploratorio comienza a partir de un modelo tridimensional capaz de identificar estructuras geológicas subsuperficiales que hayan podido atrapar el petróleo o el gas acumulado en rocas porosas como las de la región del Caribe.
Los dominicanos que aspiramos al desarrollo de nuestra nación, como forma de ayudar a la prosperidad de nuestra población, estamos de acuerdo con las exploraciones de nuestro subsuelo, pues el aprovechamiento de los recursos minerales y de los recursos energéticos contribuye al desarrollo de los pueblos, ya que la Edad del Cobre, la Edad del Bronce, la Edad del Hierro y la Edad del Petróleo representan los grandes hitos del desarrollo de la humanidad, al margen de quienes reniegan de la minería de petróleo y gas mientras están en una estación de combustibles comprando el petróleo o el gas que critican.
Felicitamos al ministro de Energía y Minas Antonio Isa Conde por este gran paso de avance, y agradecemos la cortesía de invitarnos para acompañarle a recibir la primera propuesta para explorar petróleo y gas en nuestro subsuelo.