De la incertidumbre al éxito, esta dama encontró por vía de la moda y la capacitación la clave para transformar su vida y fortalecer a su familia; es una trabajadora probada
Letizaida Isabel Güichardo de Polanco, oriunda de San Pedro de Macorís, nunca imaginó que encontraría en la moda una vía para redefinir su vida y la de su familia.
Hoy, su negocio Mely Fashion es mucho más que una tienda de ropa para damas; es el reflejo de una transformación personal y profesional que nació de su fortaleza y empeño.
La vía transitada por Letizaida hacia el crecimiento no siempre ha estado llena de luces. Antes de abrir su boutique, llevaba una vida cargada de incertidumbre. Aunque siempre tuvo metas, confiesa que no sabía cómo ejecutarlas. “Mi negocio existía, pero no tenía amor ni pasión. No sabía manejar las finanzas, aunque tenía buenas entradas, los resultados eran nulos”, le cuenta la emprendedora dama a este periódico, en una conversación que se torna más interesante con cada palabra pronunciada. Fue –precisamente- ese caos financiero y emocional lo que la impulsó a buscar un cambio.
La inspiración llegó con el programa Mujeres SuperEmprendedoras, una iniciativa bajo el paraguas estatal de Supérate, que busca fomentar el empoderamiento y la inclusión económica de mujeres en situación de vulnerabilidad. Para Letizaida, esta oportunidad fue un punto de inflexión. “Me ayudó a encontrarme conmigo misma, a cambiar mi actitud y a darme valor como mujer. Aprendí a invertir, a llevar un control financiero y trabajar con pasión”, rememora.
Habla hoy con alegría y satisfacción de lo que hace y ha conseguido, pero no siempre fue así. Antes de las capacitaciones llevadas por Supérate, Letizaida cargaba con una coraza emocional que ocultaba una profunda sensación de invalidación personal. “Aparentaba ser fuerte, pero me derrumbaba por las noches. Era débil, me sentía poco valorada y no sabía poner límites”, recuerda. Tiene claro que hoy esa Letizaida quedó atrás. Su renovada perspectiva no solo impactó su negocio, sino también la dinámica familiar, al punto de alcanzar logros como adquirir su propia vivienda.
Mely Fashion, que comenzó como un negocio sin estructura, es ya un emprendimiento pujante. “Y qué bueno”, dice la dama.
Letizaida combina piezas de moda cuidadosamente seleccionadas con un enfoque en la atención personalizada. La clientela no solo encuentra ropa, sino un espacio donde se respira confianza y autenticidad, valores que ella ha aprendido a cultivar con el tiempo. He ha valido de mucho. Lo que hace Letizaida va en consonancia con una República Dominicana cada vez más desarrollada, en la que la capacidad emprendedora y para innovar no entra en dudas.
Un alto porcentaje de los microemprendimientos en República Dominicana están liderados por mujeres, muchas de las cuales enfrentan retos significativos como la falta de acceso a financiamiento y capacitación. Programas como Mujeres SuperEmprendedoras han llegado justamente para llenar esos espacios que por décadas estuvieron vacíos. Se trata de un apoyo integral, una suerte de incubación que ayuda a transformar vidas, generando no solo ingresos, sino autonomía económica.
Letizaida sueña con expandir su negocio y ser un ejemplo para otras mujeres. “Soy luchadora y visionaria. Los procesos me fortalecieron y me ayudaron a alcanzar lo que quiero”, dice con orgullo.
La transformación de Letizaida Güichardo no solo se percibe en el éxito de su negocio, sino en el impacto que su historia tiene en su comunidad. En su proceso y proyecto de vida, claramente, según dice, el programa Supérate y su iniciativa Mujeres SuperEmprendedoras han jugado un papel fundamental. La estrategia integral del programa, que combina transferencias monetarias condicionadas con acompañamiento socioeducativo, ha demostrado ser una herramienta eficaz para combatir la pobreza y fomentar el emprendimiento. Letizaida destaca especialmente el apoyo de Gloria Reyes, directora de Supérate, y del presidente Luis Abinader, quienes han apostado por políticas que fortalecen la inclusión económica.
El impacto de estas iniciativas va más allá de los resultados económicos. Letizaida explica cómo aprendió a manejar las finanzas de su hogar, logrando un control que antes parecía imposible. “Ahora todo tiene un propósito. Cada peso que entra a mi negocio y a mi hogar está bien invertido. Eso nos permitió planificar, ahorrar y lograr metas como nuestra casa propia”, asegura. No esconde la emoción.
Además de su éxito personal, Letizaida ha encontrado en su boutique una oportunidad para conectar con otras mujeres. Muchas clientas no solo llegan al negocio detrás de la ropa; buscan consejos y motivación. Y los encuentran. “Les hablo de mi experiencia y las animo a no rendirse”, relata. Este enfoque la ha llevado a considerar futuros talleres y charlas, donde pueda compartir las herramientas que adquirió gracias a las capacitaciones.
La sombrilla
El respaldo estatal que ha logrado el negocio es pieza fundamental para su crecimiento y diversificación.