Con la venta de ropa por encargo y con excursiones a destinos turísticos, esta trabajadora mujer ha sabido reinventarse y seguir por la línea que siempre quiso

Alejandrina Reyes Urbáez ha forjado su vida al lado del mar, conexión que se remonta a su infancia en Pedernales, específicamente en playa La Cueva de Cabo Rojo.

Creció en un entorno costero donde las cuevas cercanas servían como refugio durante fenómenos naturales, mientras su padre mantenía un colmado y su madre se dedicaba a vender comida a los pescadores locales. Esta inmersión en la vida marina y el comercio local dejó una huella profunda en ella y en sus aspiraciones futuras.

A pesar de su arraigo con el mar y su entorno, emprender no ha sido tarea fácil para Alejandrina. Durante años trabajó en un liceo, un empleo que le permitió construir una red de contactos que eventualmente se convertiría en la base de su primer negocio. Sin embargo, sus intentos previos de iniciar un emprendimiento no obtuvieron los resultados esperados. Esta falta de éxito y el estancamiento profesional la llevaron a una sensación de desmotivación, pues sentía que no estaba avanzando como esperaba.

Pero consiguió un norte; la oportunidad llegó en forma de un programa de capacitación para emprendedores. Este proyecto, conocido como Mujeres SuperEmprendedoras, ofrece formación en gestión de negocios y habilidades financieras, áreas en las que Alejandrina sentía que necesitaba apoyo. Al enterarse del programa, se dio cuenta de que podría ser la clave para desbloquear su potencial y cambiar su situación. Decidió inscribirse, ansiosa por aprovechar esta nueva oportunidad para mejorar. Y no se arrepiente.

Las capacitaciones resultaron ser una revelación. Desde el primer módulo, Alejandrina encontró que el contenido era justo lo que necesitaba. En particular, el módulo de “Modelo de Negocio”. Aunque había intentado emprender antes sin mucho éxito, los conocimientos adquiridos en estos talleres le dieron una nueva perspectiva y las herramientas necesarias para transformar su enfoque.

Con renovada confianza, Alejandrina lanzó su primer emprendimiento: la venta de ropa por encargo con entrega a domicilio, gestionada principalmente a través de WhatsApp. Este modelo de negocio le permitió aprovechar su red de contactos construida en el liceo y atender a una clientela local que valoraba la comodidad y el servicio personalizado.

Pronto, su negocio comenzó a prosperar, lo que le permitió no solo mejorar su situación financiera, sino también apoyar a sus hijos en la universidad. “Ahora que sé manejar el dinero, puedo colaborar para cubrir los gastos de la casa”, dice Alejandrina con una sonrisa de satisfacción. Razones le sobran.

El impacto positivo de su trabajo fue reconocido en 2024, cuando recibió el galardón Mujer Supérate. Esta distinción celebra su esfuerzo y la transformación que ha logrado en su vida y en su comunidad.

La ceremonia de premiación, que tuvo lugar en presencia del presidente Luis Abinader y de Gloria Reyes, directora del programa Supérate, destacó la importancia de su contribución al desarrollo económico y social. Para Alejandrina, el premio es un símbolo de sus logros, pero también le comprometen a seguir por un trayecto positivo. “Este reconocimiento me motiva a seguir adelante y a continuar mejorando”, afirma. Es una conversación que se ha tornado interesante y en la que expresa con claridad sus deseos y el compromiso de servir de inspiración a otras mujeres.

En ese transporte la mujer se mueve de un lugar a otro. Alejandrina está acostumbrada a superar obstáculos. Esta mujer ha fijado siempre la vista en lo positivo.

Siempre buscando ser más

Motivada por el éxito inicial y los conocimientos adquiridos, Alejandrina decidió diversificar sus esfuerzos y emprendió un segundo proyecto, denominado “Altas Colas”. Se centra en ofrecer rutas de excursión y tours marítimos a destinos turísticos como Bahía de las Águilas, Isla Beata y Piti Cabo. Con este emprendimiento, la trabajadora dama no solo extiende su ámbito de actividad, sino que también promueve el turismo en su región, contribuyendo al desarrollo económico local.

Su meta a corto plazo incluye la compra de una lancha y de un motor para ampliar su oferta y explorar nuevos destinos, y consolidar su presencia en el sector turístico. Aprovecha la plática para aconsejar a otras mujeres a no dejarse desanimar por las dificultades y a aprovechar las oportunidades de capacitación disponibles. “Les exhorto a todas las mujeres que están en sus casas a que ingresen al programa de capacitación para que puedan ver los beneficios que tiene y lo útil que se van a sentir”, recomienda.

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