El “ganar ganar” que se suponía tendría el país con la entrada en vigencia del acuerdo de libre comercio firmado con Estados Unidos y Centroamérica, más conocido por sus siglas DR CAFTA, todavía para República Dominicana no se ha producido, al menos en comercio.
Desde que comenzó a aplicarse el acuerdo, el intercambio comercial dominicano con Estados Unidos, su principal socio, experimentó un drástico giro, pasando la balanza comercial de ampliamente superavitaria a muy deficitaria. La historia de las últimas dos décadas de comercio entre los dos países ha sido ventajosa para uno de los intervinientes. Hasta el 2005, República Dominicana tenía su balanza con Estados Unidos con excedente, porque le exportaba más que lo que importaba desde ese país.
No ha habido un solo año, del 2006 al 2015, en el que el rojo no haya sido el resultado del intercambio comercial entre República Dominicana y Estados Unidos. En los primeros 10 años del acuerdo, la balanza comercial con EU acumuló un déficit de US$17,240 millones.
Sin novedad exportadora
Para las exportaciones dominicanas, el acuerdo no ha representado ningún beneficio o atractivo, y hasta el 2015, fecha del último corte oficial de las ventas dominicanas hacia su mayor destino externo, el promedio se ha mantenido en unos US$4,000 millones anuales.
En cambio, las importaciones procedentes de los Estados Unidos sí han sido ampliamente favorecidas. La media se ha duplicado, a partir del 2006. En los cinco años previos al inicio del DR Cafta, las importaciones promediaban US$2,657.22 millones anuales, pero a partir del acuerdo la media se disparó a RD$5,366.55 millones.
Según estadísticas a las que tuvo acceso elCaribe, la media anual de las importaciones dominicanas desde los Estados Unidos se disparó en el período post acuerdo en un 101.96 por ciento.
La relación entre importaciones y exportaciones dominicanas con los Estados Unidos se ha ido distanciando en la medida que avanza la aplicación del tratado de libre comercio.
En el período 2001-2004, cuando todavía no se aplicaba el tratado, el país exportó hacia Estados Unidos bienes por US$16,679 millones, y sus importaciones desde ese mercado ascendieron a US$9,604 millones.
Pero para el siguiente lustro, del 2005 al 2010, con parte del calendario del acuerdo incluido, el valor acumulado de las exportaciones fue de US$20,070 millones y el de las importaciones US$28,406 millones, con una amplia brecha deficitaria en la balanza comercial. En el próximo lustro, del 2011 al 2015, hubo un comportamiento similar en las dos variables de comercio, debido a que las exportaciones se mantuvieron casi al mismo nivel, con un ligero incremento, al acumular US$20,694 millones, y las importaciones también reportaron un comportamiento similar, al consolidar un balance de US$28,942 millones, apenas unos US$500 millones más que en los cinco años anteriores.
En las importaciones post DR Cafta, la tendencia ha sido consistente, mientras las exportaciones han sido decrecientes, como proporción de las compras y ventas totales del país con el exterior.
Mientras en los cinco años previos al acuerdo, firmado por el país en 2004 pero comenzado a aplicar dos años más tarde, el país enviaba hacia los Estados Unidos un promedio de 75.06% de todas sus exportaciones, en los primeros 10 años del acuerdo, la media cayó a una proporción de 54.28%, lo que implica que hubo una pérdida en promedio anual del mercado estadounidense de 27.69%.
Por el lado del resultado del intercambio comercial bilateral, el saldo de los cinco años anteriores al inicio del acuerdo acumula un superávit de US$6,740.01 millones, para una media anual de US$1,348 millones.
Sin embargo, en los primeros 10 años del tratado de libre comercio, el resultado de la balanza comercial dominicana con Estados Unidos arroja un déficit acumulado de US$17,248.45 millones, para un promedio anual de US$1,724.85 millones.
Aunque el intercambio comercial se torna cada vez más desfavorable para la parte dominicana, como proporción de las importaciones totales del país las procedentes de los Estados Unidos han perdido espacio, como proporción del universo. En el 2015 representaron el 40.1% de todas las importaciones, mientras las exportaciones hacia el mercado estadounidense fueron el 53.6% del total de las ventas dominicanas al mundo.
Como suplidor, Estados Unidos ha incrementado, con la entrada en vigencia del acuerdo, el envío a República Dominicana de automóviles y productos de origen agropecuario, como maíz, trigo y harina de soya.
La tendencia creciente en la importación de productos de origen agrícola, coincide con el avance del calendario de desgravación arancelaria que el acuerdo prevé para una serie de bienes agropecuarios. Para este año, solo quedan con ciertos niveles de protección arancelaria productos como arroz, habichuelas, pollo, ajo, cebollas y leche, los cuales están sujetos a cuotas de importación.
Renglones de zonas francas han crecido
Hay renglones que en la época del libre comercio con los EU han sido favorecidos. Son esencialmente productos confeccionados en las zonas francas, que antes del DR Cafta ingresaban al mercado estadounidenses libres de aranceles, con motivo de la Iniciativa Reagan para la Cuenca del Caribe.
Uno de los componentes de exportación que ha ganado terreno en el período de aplicación del acuerdo es el de instrumentos y aparatos de medicina, cirugía o veterinaria. También los calzados de suela y los cigarros puro han ganado espacio. En cambio, el subsector confecciones, principalmente la partida pantalones largo han reducido sus volumenes de exportación hacia el mercado estadounidense.