Panamá. Los países centroamericanos están acogiendo a sus ciudadanos repatriados por Estados Unidos en el marco de la agresiva política migratoria del Gobierno del presidente Donald Trump, al tiempo que han tendido un controvertido puente al aceptar recibir deportados de otras nacionalidades mediante procesos tildados de ilegales y violatorios de los derechos humanos.

La promesa de “deportaciones masivas” del líder republicano aún no se patenta en el llamado Triángulo Norte, que conforman Guatemala, El Salvador y Honduras y que es protagonista de una larga historia de migración irregular hacia EE.UU. impulsada por la pobreza y la violencia.

De acuerdo con los datos oficiales, en Estados Unidos viven, bien sea de manera legal o irregular, alrededor de 6 millones de nacionales de Guatemala (unos 3 millones), El Salvador (más de 2 millones) y de Honduras (más de un millón).

Las autoridades de los tres países no han reportado hasta ahora un aumento significativo en el número de repatriados, aunque la comparación puede ser engañosa: EE.UU. alcanzó en el año fiscal 2024, el último del Gobierno del demócrata Joe Biden, un récord con 271,484 inmigrantes expulsados, la mayor cifra en una década, es decir, incluso por encima de las realizadas en cualquier año de la primera administración de Trump (2017-2021).

En el 2024, la cifra de salvadoreños deportados por EE.UU. creció un 22,2 % respecto al año anterior y la de guatemaltecos lo hizo en un 11,5%, mientras que en el caso de los hondureños se redujo en un 30.1%, según los datos oficiales.

En lo que va de este año, Guatemala ha recibido alrededor de 6,000 repatriados procedentes en su mayoría de EE.UU. aunque también de México, mientras que la cifra ronda los 5,000 en el caso de Honduras.

El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo de León, se comprometió en febrero pasado con el secretario de Estado de EE.UU. Marco Rubio, a recibir un 30 % más de vuelos de repatriados así como prestar su suelo para atender migrantes de otras nacionalidades.

Polémicos acuerdos para recibir migrantes no centroamericanos

Hasta ahora, no han sido enviados a Guatemala migrantes deportados de otras nacionalidades, una situación ya vivida por la nación centroamericana entre 2019 y 2021 debido a un convenio similar entre la primera administración de Trump y el entonces presidente guatemalteco Jimmy Morales (2016-2020).

A Honduras han llegado al menos dos vuelos militares de Estados Unidos con migrantes venezolanos que eran esperados en la base de Palmerola – que usa personal castrense estadounidense – por aviones de Venezuela para llevarlos a su país, como parte de un acuerdo entre Washington y Tegucigalpa.

Mientras que El Salvador recibió a más de 200 migrantes entre ellos venezolanos acusados de ser supuestamente integrantes de la banda criminal transnacional Tren de Aragua, que fueron recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).

Hay denuncias tanto en EE.UU. como en El Salvador de violaciones al debido proceso y a los derechos humanos de los venezolanos.

El propio Gobierno de Trump pidió el viernes pasado al Tribunal Supremo que le permita implementar la ley de Enemigos Extranjeros de 1789 para así poder deportar a venezolanos sin el debido proceso, tal y como hizo a mediados de mes con los enviados a El Salvador.

Países acogen migrantes extracontinentales

En febrero pasado, Costa Rica recibió desde Estados Unidos 200 migrantes originarios de Nepal, China, Rusia, India, Congo, Afganistán, Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Ghana, Irán, Jordania, Kazajistán, Turquía, Uzbekistán y Vietnam, de los que 74 ya regresaron a sus países y que ninguno ha solicitado asilo o refugio, según la información oficial.

“Costa Rica no debería ser cómplice de los flagrantes abusos de EE.UU.”, afirmó el asesor principal en derechos del niño de Human Rights Watch (HRW), Michael García Bochenek, en un comunicado emitido el 18 de marzo.

En una situación igual está Panamá, a donde fueron enviados por EE.UU. 299 migrantes extracontinentales, de los cuales quedan 107 en el país a los que se les ha otorgado un permiso para que, por sus propios medios, busquen una tercera nación para instalarse, como explicó recientemente el presidente panameño, José Raúl Mulino.

Nicaragua, pese a la retórica antiimperialista de su presidente, Daniel Ortega, sigue recibiendo vuelos de Estados Unidos con indocumentados nicaragüenses, aunque a diferencia de antes, no divulga información sobre los vuelos con deportados.

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