El director de la institución cita el aporte obtenido por las industrias, vía la Ley 392-07; recupera parques y los activa

Martín Polanco, Julissa Céspedes, Manuel Estrella, Ulises Rodríguez, Nelson Rodríguez, Alba Nely Familia y Katherine Hernández, en el encuentro que sirvió de plataforma para que el director de Proindustria expusiera sobre los trabajos y logros de la institución estatal.

El director general del Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (Proindustria), Ulises Rodríguez, aseguró ayer que trabaja arduamente en esa institución, que le ha tocado relanzar y transformar.

“Trabajamos con el apoyo a la industria, para que sea más competitiva, para que genere más empleos, para que pueda aumentar la capacidad productiva, para que exporte más, y para que contribuya a que República Dominicana importe menos”, dijo el funcionario, en la parte introductoria de la Entrevista Especial de elCaribe y CDN.

Fue una conversación amplia en la que “pasó revista” a todo lo realizado desde que el presidente Luis Abinader lo designó en la función. “Tenemos varios parques industriales y diversas prioridades, incluyendo el rescate de algunos de esos parques, que estaban completamente destruidos. Por ejemplo, el parque industrial de Cotuí es pequeño, pero el testimonio de la gente que llega allí después de su reapertura, luego de 16 años cerrado, es impresionante”, indicó Rodríguez.

En términos generales (visto el sector zona franca en conjunto) en el primer semestre de 2023 esa actividad marcó un hito en la historia, al alcanzar 196,290 empleos directos, que se encaminan rápidamente a convertirse en 200,000.

En los últimos tres años, las exportaciones de zonas francas han crecido 33%, al elevarse desde US$5,895 millones en 2020 a US$7,833 millones en 2022.

Proindustria representa aproximadamente el 22 % de los parques de zonas francas del país y aporta 28,000 empleos, indican los números de Ulises Rodríguez. Algunos de esos parques, tiempo atrás, parecían cementerios industriales, pero han ido mejorándose.

El de Salcedo ha sido reabierto. Proindustria también recibió dos parques más que no manejaba. Uno es el de Esperanza, provincia Valverde, que alberga 2,000 empleos, y el de Villa Altagracia, provincia San Cristóbal. Para este último se está en proceso de relanzamiento. “El más reciente de los parques industriales recibidos y que hemos relanzado es el de Baní, provincia Peravia, donde pasan de 2,300 los empleos. Es un parque que tenía 50 empleados y que durante dieciséis años estuvo prácticamente cerrado”, explicó el director de Proindustria.

Informó que “por ahí viene la reapertura de un parque que ha estado cerrado, en Quisqueya, provincia San Pedro de Macorís”. En él se invertirán US$25 millones. Es una inversión privada, gestionada por Proindustria, que generará 552 empleos directos.

Otros llegarán de forma indirecta, tomando en cuenta la cadena que siempre se genera en torno a las empresas “zonafranqueras”. “Lo más importante, en este caso, es el impacto que se da en las comunidades cuando tú logras reabrir espacios de trabajo que han estado cerrados”, expuso.

“Hay un boom, un crecimiento enorme de las zonas francas y debo decir que cuando entramos, en esta gestión, en el año 2020, y que encabeza el presidente Luis Abinader, había 130,000 empleos. Y ahora mismo estamos sobrepasando los 197,000 (…)”, expuso.

Y agregó: “Si vamos o miramos a la mejor época, a la época de oro de las zonas francas, nunca se logró la cifra de los 200 mil empleos. Todos los tratadistas y conocedores de este sector reconocen que nunca había experimentado un crecimiento continuo y progresivo, como lo está haciendo ahora, en este gobierno”.

El director de Proindustria estuvo acompañado de Fabricio Geraldino, encargado del Departamento Integral de las Mipymis; Fanny Peguero, coordinadora de la Dirección de Parques, y José Guerrero, de Planificación y Desarrollo.

Ulises Rodríguez aprovechó el espacio para resaltar que “la pandemia de covid-19 reveló muchas cosas”, incluidas las complicaciones logísticas, expresadas, por ejemplo, en la dificultad para la transportación de contenedores.

“Eso nos permitió a nosotros, como país, demostrar lo que somos capaces de hacer. Aquí se incrementaron los pedidos para las industrias en República Dominicana, sobre todo a las zonas francas. Esto, aparte de que fuimos autosuficientes”, apuntó.

El trayecto a seguir

En respuesta a la pregunta de hacia dónde deben moverse las zonas francas, Ulises Rodríguez dijo que atraviesan un proceso de diversificación.

“Pasamos de la parte textil y de calzados, a una industria agrícola que entra también a los parques. Podemos decirlo, aquí se mandaban a Estados Unidos muchos productos en envases grandes, sin sellarlos como marca dominicana. Ahora, en el mundo de los vegetales, se están mandando ya certificados como dominicanos. También otros productos agrícolas, como el mango”, expuso.

Agregó que República Dominicana es un gran exportador de cigarros y que no solo se envía la hoja en paca a los mercados internacionales, sin industrializar, como se hacía antes.

“Ya estamos industrializándolo. Es uno de los principales productos en las zonas francas dominicanas. Algunos son pequeñitos y otros son grandes, o puros, como se les conoce”, explicó.

En las zonas francas dominicanas -en general- se fabrica desde dispositivos médicos, hasta partes para celulares, vehículos y helicópteros, hilos dentales, joyería y otros. Proindustria surgió en virtud de la Ley 392-07 del 4 de diciembre de 2007. Opera como un ente regulador y representativo del sector industrial del país, con el propósito de impulsar su competitividad y desarrollo.

Ulises Rodriguez estuvo junto a Fanny Peguero, José Carlos Guerrero y Fabricio Geraldino.
El director de Proindustria aseguró que en el país hay gran solicitud de naves industriales.
En el encuentro se resaltó que los parques industriales del país están llenos y crecen.

Su misión radica en fomentar la industria manufacturera nacional a través de políticas y programas de apoyo que estimulen la innovación y renovación industrial, promoviendo la diversificación del aparato productivo, el encadenamiento industrial y la vinculación a mercados internacionales.

Proindustria reemplazó a la Corporación de Fomento Industrial (CFI), que se creó en 1962 para administrar los bienes y capitales de las empresas que estuvieron bajo el régimen del dictador Rafael Leonidas Trujillo.

El enfoque de la institución en la diversificación productiva y la conexión a mercados globales busca no solo el crecimiento económico sino también la mejora del bienestar de la población. La entidad ha evolucionado a partir de las modificaciones legislativas que han ocurrido por años, estableciendo una base para el desarrollo industrial continuo en la República Dominicana.

¿La Ley 392-07, que es una especie de sombrilla de la industria, tiene todo lo que se requiere para que ese sector siga fortaleciéndose, o la normativa se ha quedado rezagada?, le pregunta elCaribe el entrevistado. Parte de su respuesta fue: “Las leyes se hacen en un momento y no son estáticas. Hay que monitorearlas, revisarlas y ver si surten el efecto. Y si lo hicieron en un momento dado, entonces las buenas prácticas y experiencias hay que seguirlas (…)”.

Recordó que los incentivos de la ley terminaban en 2020, pero tan pronto el presidente Luis Abinader asumió la primera magistratura de la nación motivó, y con el Congreso cumpliendo su rol, se lgró extender los beneficios, en una modificación a la ley 392-07.

Esa modificación es la 242-20, promulgada por el mandatario. En términos generales, eso que refiere Ulises fortaleció la regulación y sus funciones, adaptándola al entorno económico actual.

Incluyó, por ejemplo, una redefinición de funciones y objetivos para mayor eficacia; establecimiento de incentivos y apoyos a la inversión y la innovación; simplificación de trámites administrativos; promoción de sostenibilidad y responsabilidad social; fomento de innovación por vía de estímulos a investigación y desarrollo; estrategias para internacionalización a través de acuerdos comerciales y apoyo exportador; y adaptación a cambios económicos.

En fin, fue una mejora para modernizar Proindustria, con un rol más eficaz en el desarrollo y competitividad de la República Dominicana.

Cuando se aborda el tema de las facilidades contempladas en una ley, como la de Proindustria, en este caso, la denominación de esos incentivos suele ser criticada por unos y alabada por otros.

Contempla que se mejore el proceso de producción

Los incentivos son para que las industrias puedan comprar equipos, maquinarias y tecnología para mejorar el proceso productivo y ser más competitivas. Es decir, materia prima para transformación de productos y para llevar esos productos a terminados.

Al echar una mirada al pasado, mucho antes de que Ulises Rodríguez estuviera dirigiendo Proindustria, en los primeros cuatro años transcurridos luego de promulgada la Ley 392-07 (un corte visto entre 2007 y 2011) las industrias recibieron incentivos por casi RD$16,000 millones, según estadísticas de ese momento, revisadas ayer por elCaribe.

Mejor incentivo, no un “sacrificio fiscal”

Los incentivos son vistos como “sacrificio fiscal y un regalo, por parte de los críticos”. Los defensores lo ven del lado positivo. A Rodríguez se le preguntó precisamente sobre ese impacto “bueno” (en cifras) de la Ley 392-07 o si ha sido un “sacrificio”. Respondió así: “No me gusta denominarle sacrificio fiscal, eso genera prejuicios y no se ve lo que tiene que verse. Se ve lo negativo; lo correcto es ver a esas nuevas industrias que traen maquinarias, líneas de producción y materias primas que no traían. Generan empleos. Aquí todo se importaba y hoy no es así, gracias a la mejora de la competitividad (…)”. De 2020 a la fecha las industrias acogidas a la Ley se beneficiaron con incentivos por RD$2,000 millones.
Esas facilidades han sido por concepto de exención en el pago del Itbis, rembolso a los industriales, por ser usuarios no regulados de electricidad, reinversión de utilidades y otros estímulos que contempla la normativa.

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