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Los economistas Andrés Dauhajre Hijo (Andy) y Jaime Aristy Escuder expresaron preocupaciones compartidas sobre las reformas estructurales anunciadas en República Dominicana, destacando que no se conocen estudios profundos sobre ellas. Se refieren a la necesidad de un marco riguroso para su implementación.
Dauhajre, presidente de la Junta de Directores de la Fundación Economía y Desarrollo, Inc., advirtió que, sin investigaciones exhaustivas y coherencia entre sectores, las reformas podrían quedar en el aire, repitiendo errores del pasado. Mientras, Aristy Escuder, se refiere, además, a la importancia de la Ley de Responsabilidad Fiscal para controlar el gasto público y reducir la deuda, recordando que sin un enfoque coordinado, estas iniciativas carecerán del impacto necesario.
“He visto que hay un interés de empezar a encauzar un conjunto de reformas estructurales en el país. Sin embargo, en base a experiencias pasadas que tanto Jaime (Aristy Escuder) como yo hemos tenido, la mayoría de las reformas exitosas han contado previamente con estudios muy sesudos; expertos internacionales que han venido al país y han armado una estructura para la discusión, que ha contribuido con el principal grupo de reformas estructurales que ha ejecutado República Dominicana”, que fueron aquellas realizadas por el presidente Joaquín Balaguer, después de las crisis de 1990”, dijo Dauhajre.
Explicó que actualmente no hay una crisis, pero cuando escucha que se van a realizar reformas de la administración pública, del Estado, reforma fiscal, reforma del sistema de seguridad social y del Código Laboral, se pregunta dónde están los documentos y los estudios pesados, realizados fundamentalmente por economistas preparados y conocedores del área. Contar con esos documentos y estudios que plantea el economista Dauhajre, permite tener una discusión adecuada. “Pero esos estudios no existen. Todos los mercados y todos los sectores están, de alguna manera, interconectados. Tú puedes poner un grupo a trabajar en la reforma de pensiones y otro grupo en la reforma laboral, y si no se compenetran pueden armar un tollo, porque no hay consistencia. Yo cuando veo que van a hacer diez reformas, doce reformas, trece reformas y pido que me enseñen, no hay un documento”, criticó.
Y rememoró que cuando el presidente Joaquín Balaguer encauzó su programa de reformas, había un documento amplio, que incluía la parte arancelaria, la parte tributaria y luego se le integró la parte laboral. “Eso se ejecutó y se cumplió prácticamente al pie de la letra. A veces me da la impresión de que todo esto se puede quedar en el aire, porque son reformas que no están conectadas entre sí… Esta la hará un grupo de abogados; esta la hará un grupo de sociólogos, y esta la hará un grupo de economistas. Así no es que se hacen reformas estructurales”, advirtió el presidente de la Junta de Directores de la Fundación Economía y Desarrollo, Inc.
Jaime Aristy, libro rojo
Y sobre el tema, abordado en la Entrevista Especial de elCaribe y CDN37, Jaime Aristy Escuder recordó que “además de ese libro rojo de Balaguer, estructurado junto con el equipo de Harvard, que incluye la reforma arancelaria y la tributaria, posteriormente hubo un libro apoyado por el Banco Mundial que contenía un conjunto de cambios que durante diez años sirvió de base para las principales transformaciones.
“Cuando tú escuchas hablar de la reforma de la seguridad social, se dice queremos darles mejores pensiones a los trabajadores, pero no te dicen más nada ¿Pero cómo es que tú le vas a dar mejores pensiones a los trabajadores, para que tengan una como en Europa o Singapur? Vamos a ponerle número a eso; aquí nosotros cotizamos 9.97 por ciento del salario, pero en Singapur, entre cotización de salud y cotización de pensión es 37 por ciento. En Europa el promedio es de 25 por ciento. Entonces, vamos a comenzar a decir la verdad”, explicó Dauhajre.
Dejó claro que no es posible contar con buenas pensiones en República Dominicana, con una contribución neta de ocho o un nueve por ciento. “Con eso no te puedo garantizar una pensión del 80 por ciento de tu salario”, advirtió. Ese es el tipo de discusión sensata y honesta que se debe tener frente al país, y decir las cosas como son, dice. “Retirándote a los 60 años y yo tener que contabilizar para distribuir tu pensión con lo que tienes acumulado en el año 60, con una esperanza de vida de casi 80, yo no te puedo garantizar eso que tú deseas, contribuyendo con un ocho por ciento. Ahora, si tú te retiras a los 65 años, que es hacia lo que se están moviendo la mayoría de los países del mundo, entonces ese es un tema que tenemos que discutir”, expresó.
Andy Dauhajre se pregunta -a la vez- si vamos a seguir con este sistema en el que al trabajador dominicano se le tiene totalmente prohibido que invierta en títulos de acciones, por ejemplo, de empresas globales que dan altísima rentabilidad. “Ese es el gran drama de este país. Hablamos de que nos preocupa la desigualdad del ingreso, pero yo, que vengo de una familia de dinero, tengo la oportunidad de invertir parte de mi dinero en acciones, digamos, de la empresa Apple y las acciones de esa empresa han subido brutalmente en los últimos años. Yo me he beneficiado de eso”, dijo a modo de ejemplo. “Y por qué al trabajador dominicano se le tiene totalmente prohibido hacer eso”, cuestionó.
Sugirió que se tenga una discusión abierta, transparente y sensata para ver realmente quiénes son los que están defendiendo a los trabajadores, quiénes no los van a defender y qué obsesión es que se tiene con la política macroeconómica, que a las administradoras de fondos de pensiones –AFP- se les tiene totalmente vedado invertir en títulos del exterior, a diferencia de Perú, Chile, Colombia y México.
Calculó que los trabajadores chilenos obtuvieron una gran cantidad de dinero recientemente con unos aumentos de precios de acciones de los Estados Unidos. “Bajó, pero después volvió y subió. Hay que darle la oportunidad al trabajador de que tenga libertad real de elección, porque al final lo que queremos es que tengan buenas pensiones”, apuntó.
Desde la óptica del presidente de la Fundación Desarrollo, aquí habría que discutir cuánto es que se va a aumentar la tasa de cotización, porque con menos de 15 no da. “El que le diga a usted que le garantizará una buena pensión con esta tasa, es un mentiroso. Que llegar a 15 nos puede llevar tres o cuatro años… bueno, pero vamos a tomar la decisión”, planteó.
Según Dauhajre, pensar que la reforma laboral la pueden hacer los abogados, es un error, porque eso es un mercado, que se llama mercado laboral. Y agregó que la gran crítica en el país es que tenemos un mercado laboral muy inflexible y por eso el 58% de la generación de empleos ocurre en la informalidad. “Entonces, no hay que darle muchas vueltas, vamos a flexibilizar el mercado laboral, el proceso de contratación y de despido y busquemos una solución inteligente al tema de la cesantía, que al final debe converger al seguro de desempleo”.
Opina que se le busque una salida a todo el dinero de la cesantía que está flotando, no borrarlo. “La gente cree que la reforma laboral implica que todo lo que hay acumulado como cesantía se pierde. Eso no se ha planteado en ningún momento, pero no ha habido nadie en el gobierno que explique lo que se puede hacer con eso. Ese debería ser parte del ahorro del trabajador, pero ese ahorro no genera intereses hoy día; eso está muerto en los estados financieros de las empresas, de aquellas que los transparentan y aquellas que los tienen ocultos hasta el día que ocurre el desahucio.
Andy tiene la creencia de que ahí hay una oportunidad de oro para crear cuentas de cesantías que las puedan manejar o los bancos o las AFP; el que se desee.
“Tú a veces necesitas en el poder político gente que no tenga miedo, gente que esté dispuesta a atreverse y a asumir riesgos; gente dispuesta a agarrar el costo político y engavertarlo”, expuso.
Responsabilidad fiscal, subsidios, pobres
Con los dos profesionales de la economía el diálogo fue largo y sustancioso. Jaime Aristy explicó que la Ley de Responsabilidad Fiscal procura mejorar el saldo de las finanzas públicas y de esa forma comenzar a desmontar de una forma más acelerada la deuda como porcentaje del producto interno bruto (PIB). “En ese sentido, lo que pretende esta ley es poner un techo al ritmo de crecimiento del gasto público. Ese techo le va ayudar a las autoridades cada año a evaluar si puede o no se puede gastar en algún tipo de partida que quiera la sociedad o que quiera el mismo gobierno realizar”, apuntó. Se busca ir disminuyendo el porcentaje de la deuda, que da, en términos consolidados alrededor del 60% del PIB y que de acuerdo con autoridades internacionales, entre ellas el FMI, el país debería tener un nivel de deuda entre el 35% y 40% del PIB.
Eso significa, según explica Aristy Escuder, que a la vez es matemático y catedrático universitario, que se debe ir desmontando en un período de diez a veinte años lo que sería ese exceso de endeudamiento público. “En ese sentido, el gobierno ha puesto sobre la mesa, a recomendación del Fondo Monetario Internacional, esa Ley de Responsabilidad Fiscal”, agregó.
En respuesta a preguntas sobre los subsidios, Jaime Aristy favorece que se focalicen, para evitar transferencias de dinero a familias que no necesitan. Plantea graduar las ayudas que van a los pobres, en la medida que el ingreso laboral de la persona sube y cuando ésta no necesita de esa transferencia. “Debe ser para los que están en extrema pobreza (…)”, planteó.
Débil, según Andy
Dicen vamos a hacer reformas, pero tú solo ves a lo que se aspira llegar en la reforma, sin decir cómo. Los encargados de hacer no saben…”
Voluntad política
Los presidentes tienen que adueñarse de las reformas, hacerlas suyas. Si queremos hacer reformas, voy a creer que hay voluntad cuando vea que el Presidente asume él los proyectos, los defiende y ejecuta. Y se olvida del costo político y de los asesores que digan que caerá su popularidad”