Santo Domingo, RD – El presidente de la República, Luis Abinader, emitió el Decreto 115-25, mediante el cual se fusiona el Instituto Agrario Dominicano (IAD) con el Ministerio de Agricultura, como parte de un plan de reestructuración del aparato estatal.
Esta medida, anunciada en septiembre de 2024 y oficializada ahora, tiene como objetivo principal optimizar la gestión agropecuaria. También busca reducir los costos administrativos y mejorar la implementación de políticas dirigidas a agricultores y campesinos del país.
Según declaraciones del Gobierno, la integración del IAD en el Ministerio de Agricultura permitirá una administración más cohesionada y eficiente, eliminando duplicidades en las funciones de ambas entidades. Además, se estima que esta medida generará ahorros significativos, con un cálculo aproximado de RD$25,000 millones.
Reducción del Gasto Público
La fusión del IAD con el Ministerio de Agricultura se enmarca dentro de un proceso más amplio de reforma institucional que busca reducir el gasto público y modernizar el Estado.
El gobierno sostiene que esta medida contribuirá a una mejor utilización de los recursos y fortalecerá la capacidad de respuesta ante los retos del sector agropecuario.
Sin embargo, la medida llega en un contexto desafiante para el sector agropecuario dominicano. El aumento de los costos de insumos y alimentos, sumado a la desgravación arancelaria del arroz bajo el DR-CAFTA, prevista para 2025, podría incrementar la competencia con los productos importados, lo que genera incertidumbre en los productores locales.
Además, la posible reforma fiscal en el horizonte ha generado inquietud entre los sectores productivos y políticos, que temen que la reestructuración de entidades como el IAD sea parte de un plan más amplio para ajustar el gasto público antes de implementar cambios en la política tributaria.
Preocupaciones de los Agricultores
Para los agricultores, la absorción del IAD por el Ministerio de Agricultura plantea interrogantes sobre la continuidad de programas clave que han sido fundamentales para el sector. Programas como la distribución de tierras, el acceso a créditos y la asistencia técnica son vitales para la sostenibilidad de los pequeños productores, que dependen del apoyo estatal para su desarrollo.
A pesar de que el gobierno insiste en que esta fusión fortalecerá la agroindustria nacional. Estos diversos sectores han expresado su preocupación por los posibles efectos negativos de la medida en los pequeños productores. Además temen que la centralización de servicios pueda resultar en un mayor desamparo o dificultades adicionales.
En los próximos meses, la efectividad de la medida dependerá de cómo se implemente la transición entre ambas instituciones y si realmente se traduce en beneficios tangibles para los agricultores.
Será crucial observar si la fusión mejora la eficiencia del sector agropecuario y responde de manera efectiva a las necesidades de los productores, o si, por el contrario, incrementa las dificultades para los pequeños productores dominicanos.