Esta semana el pueblo cristiano de la República Dominicana dio una muestra de unidad y visión. Los principales líderes cristianos, evangélicos y católicos, enviaron una comunicación a los legisladores a propósito de la discusión del Código Penal, que se convierte en un documento de trascendental importancia.
Esa carta-documento está firmada por líderes de la comunidad evangélica como Ezequiel Molina, Mauro Vargas, Nérsido Borg, Flavio Rosario, Raffy Paz, Miguel Núñez, Jorge Ploude, Sugel Michelén, Reynaldo Franco Aquino, Juan Betances, entre otros, y por casi todos los obispos de la Iglesia católica, entre ellos, Freddy Bretón, obispo de Santiago y presidente de la Conferencia del Episcopado; Víctor Masalles, de Baní; Jesús Castro, de Higüey; José Dolores Grullón, de San Juan; Benito Ángeles, obispo auxiliar de Santo Domingo, entre otros.
La pretensión de algunos legisladores de afectar la familia dominicana, ha llevado a que la comunidad cristiana actúe con mucha firmeza y unidad ante esos despropósitos. Por su trascendencia, a continuación reproduzco los párrafos principales de esa carta pública:
“Quienes suscriben este documento desean primeramente reconocer la importante labor realizada por la Comisión Bicameral en lograr el consenso que resultó en una propuesta de Código Penal, la cual responde al postergado anhelo nacional de justicia punitiva en la lucha contra el crimen. En este, se han tipificado más de 70 delitos nuevos que están ausentes del anacrónico código actual.
“Hemos sido informados de que los legisladores están recibiendo presiones para aprobar en el Código Penal la introducción de nuevas categorías de discriminación, tales como identidad de género y orientación o preferencia sexual.
“El artículo 39 de nuestra Constitución, sobre el derecho a la igualdad, indica las categorías generales que abarcan a todo el universo de los dominicanos, las cuales son razonables y genéricas, tales como color, edad, religión, discapacidad, etc. Este artículo contempla además toda otra categoría no descrita taxativamente, para asegurar la protección a todos los dominicanos; establece que no podrá discriminarse por “cualquier condición social o personal”, abarcando así una lista no limitativa de categorías que pudiesen ser objeto de discriminación contra cualquier persona.
“Por otro lado, el artículo 43 de la Constitución garantiza el derecho al libre desarrollo de la personalidad. En fin, la Constitución dominicana blinda a todos los ciudadanos contra la discriminación. Es importante que esto se tome en cuenta, ya que de aprobarse la cláusula de penalizar una discriminación que no existe, estaríamos cayendo en sesgos ideológicos que deben mantenerse al margen de la justicia penal. La República Dominicana es un Estado social y democrático de derecho, que permite a las personas que se identifican como LGTBIQ, igual que a todos los dominicanos, desarrollarse libremente, sin importar las decisiones íntimas que tomen.
“La insistencia en introducir estas categorías en el Código Penal no responde a una necesidad real de la nación, sino al cabildeo de organizaciones, agencias y grupos de poder que abogan por esto. Utilizan estas categorías subjetivas como vía para imponer la irrazonable ideología de género, que niega la ciencia y la biología, ya que propone que la sexualidad es fruto de una construcción social. Sus promotores ya han declarado la existencia de más de 120 supuestos géneros, confundiendo la mente de los niños y adolescentes de las naciones donde logran introducirlos, y catalogando como “discriminatorio” que los padres no permitan que sus hijos menores de edad decidan por sí mismos con cuál de estos géneros se identifican.
“A pesar de que la Comisión Bicameral sabiamente excluyó estos conceptos subjetivos del informe, se ha intensificado la presión para que sean introducidos. Por tanto, a ustedes, honorables congresistas, les solicitamos encarecidamente continuar resistiendo en esta lucha patriótica en defensa de nuestros hijos, de nuestras familias y de nuestra constitucionalidad. “Reconocemos y agradecemos la firmeza y valor mostrados por los legisladores que hasta ahora han logrado resistir esas presiones. A la vez, pedimos a Dios que les asista en esta trascendental tarea que involucra la soberanía de nuestra nación, el bienestar y las libertades de todos los dominicanos. Dios les fortalezca y les conceda el valor y la integridad que estos tiempos demandan”.