Mucho se ha hablado desde que el presidente Luis Abinader, se refirió por primera vez al llamado que haría a todos los líderes políticos y representantes de diferentes sectores de la sociedad, a un gran diálogo nacional.
Hay quién se ha atrevido a asegurar que esta convocatoria al consenso de los partidos políticos, de cara a 13 temas específicos que nos afectan, no es más que una cortina de humo, con el que el mandatario, pretende entretener a sus oponentes por un buen tiempo.
Por el contrario, pienso que por un lado, es una estrategia que pudiera resultar riesgosa, en lo adelante, de no llenar las expectativas del pueblo, dado el momento que vive la sociedad dominicana, donde además, las redes sociales ayudan a mantener viva la memoria de promesas, discursos, posturas y no saben de borrón y cuenta nueva.
También pudiera ser una jugada astuta, siempre y cuando, no sólo el partido de gobierno se sirva con la cuchara grande y que la oposición, que parece encontrar en el ex presidente Leonel Fernández, a un líder con garras de león muy afiladas, aproveche el escenario para hacer propuestas que pasen de la palabra a la acción.
La ausencia del Presidente Abinader, para iniciar la carrera del diálogo, no fue una jugada acertada y fruto de eso, tuvo que salir a aclarar que estará presente en varias de las discusiones relacionadas a las trece reformas que propone, entre ellas, salud eficiente; el pacto social, la reforma fiscal, la continuación del pacto eléctrico y la transformación y adaptación digital.
Existe la preocupación, que de seguir agregando nuevos temas a la lista inicial, el diálogo, vislumbra un camino largo y sin final.
Dialogar y consensuar siempre será bueno, sobre todo en política, siempre y cuando las reglas estén claras y sepamos hacia dónde vamos y qué queremos.
Si el gobierno no quiere que lo acusen de utilizar esta convocatoria para “entretener y desenfocar” a la oposición, más le vale que aterrice los planteamientos de reforma, menos verbo y más acción.
Al final, los más interesados en llegar a conclusiones importantes, debe ser el propio PRM, por el bien de su futuro y de la reelección.