La nueva gestión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD- (2022-2026) que resulte de las elecciones de junio próximo, mucho que contribuiría de proyectar las ya ineludibles transformaciones de la academia en un período de 20 años (2022-2042).
Aunque se ha dicho es más que relevante repetirlo, la actual etapa de la historia de la humanidad propia de la predominancia de las Tecnologías de Información y Comunicaciones-TIC- tiene solo dos antecedentes de equivalentes dimensiones: el invento de la escritura alfabética hace más de 4 mil años y la imprenta de Gutenberg de 1449.
La dimensión de los extraordinarios impactos de las TIC no vistos por más de 500 años, están llamados a transformar radicalmente lo que se conoce como la Docencia, asociada a los procesos de enseñar y aprender, a veces conjugados como enseñanza-aprendizaje.
En la UASD es posible proponerse una gran cualificación del aprendizaje que vaya más allá de las respuestas que impulsó la pandemia, lo que permitió masificar actividades elementales del uso del Internet o e-learning; pero esa positiva respuesta no ha replanteado en toda su profundidad las formas tradicionales de enseñanza, en las que un profesor “da clases” con los precarios resultados en cuanto a aprendizaje significativo.
Avanza a gran velocidad un enfoque cualitativamente superior, desde de lo que se ha conocido como Sistema de Gestión del Aprendizaje o Learning Management System (LMS) lo cual no es sólo sinónimo de la utilización de una determinada plataforma como se cree; sino de la asunción al mismo tiempo de un Sistema de Gestión de los Contenidos o Content Management System (CMS).
Además a partir del LMS, la incorporación de la Inteligencia Artificial-IA- avanzando también hacia el llamado Metaverso, etapa superior de la evolución del Internet mediante la utilización-entre otros- de la realidad aumentada, tecnología inversiva, avatares y la gamificación en general promoviendo el gusto por aprender muy asociado al aprendizaje significativo.
Se debería de incorporar de igual manera lo que ha de ser un robusto sistema de estandarización de los conocimientos, habilidades y destrezas que permita no sólo evaluar efectivamente a partir del ingreso desde el real aprendizaje logrado en la educación preuniversitaria, sino garantizar la real cualificación de los futuros profesionales.
Procedería definir desde el inicio de la nueva gestión un plan al respecto. Conformando un grupo de trabajo especializado que de manera precisa haga saber y entender a todo público de lo que se trata, promoviendo intercambios a nivel internacional, así como con universidades nacionales.
La más profunda transformación de la docencia en la UASD a partir de lo dicho, es posible concebirla, asumirla y hacerla realidad.