En el lenguaje de la política hay un contenido ideológico; por ejemplo, “Supérate” es un programa de este gobierno que parece entender que los 2.5 millones (23.85%) de nuestra población es excluida porque quiere; no, es que vive en un “círculo vicioso de la pobreza” (Ragnar Nurkse). Es una confluencia de factores que propicia el Estado con políticas públicas regresivas y excluyentes ¿Cómo se “supera” sin ofrecerle “solidaridad”, garantía alimentaria (“comer es primero), salud, empleo, educación, vivienda, servicios básicos, vida digna, etc.
Si los que gobiernan son “popis”, no pueden entender a los “wa-wa”; esas denominaciones son de estos tiempos, pero hacen 60 años que a los primeros Bosch les llamó “tutumpotes” y a los del pueblo “hijos de machepa”. La Real Academia Española ya reconoce ambas denominaciones como originales de este país.
Las elecciones del 20/12/1962 las ganó Bosch con 628 mil 044 (59.53%) de un total de 1,054,954 votos válidos, nulos 18, 291, participantes (64.73% de los registrados); obtuvo 22 senadores de 27 y 49 de 74 diputados. Aquel triunfo fue aplastante y Bosch decía que: “Hubiera sido una tontería insigne tratar de ganar la atención y la simpatía de esas grandes masas ofreciéndoles cosas puesto que todo el dinero del mundo hubiera sido poco para dotar a cada dominicano de lo que le hacía falta; pero no era tontería – y no lo fue- convencerlas de que ellas tenían derecho a que se les diera oportunidad de obtener lo que les hacía falta. Entre ofrecer un refrigerador y darle a un ciudadano la conciencia de que tiene derecho a usar un refrigerador, hay una distancia enorme; y sucedía que antes de que el pueblo dominicano oyera la voz del PRD, ese pueblo creía que él no tenía derecho a usar un refrigerador, porque ese artefacto estaba destinado a ser usado solo por los de arriba” (“Crisis de la Democracia…” 1964, págs. 82-83).
Competía teniendo a la oligarquía en contra agrupada en la Unión Cívica Nacional, y al pueblo le decía: “Dominicanos, si te dan cógelo y a la hora de votar, vota por lo que diga tu corazón”. Los que hoy gobiernan lograron ganar en 1978, como PRD, con el eslogan ante el derroche de recursos de Balaguer: “cogemos la fundita, pero no somos balagueristas”.
En Santiago la Fuerza del Pueblo tiene una pre-candidata a alcaldesa, Altagracia González, que dice: “vendemos esperanza, no compramos conciencia”. Y es aquello de Bosch de que quien compra conciencia gastará todo el dinero del mundo y no podrá pagar nunca más que un gobierno que como este está gastando hasta el dinero de las próximas generaciones.
En otro orden, este gobierno y dirigentes del PRM muestran su perfil ideológico de popis cuando confunden al Estado con una empresa privada; éstas son para ganar dinero o quiebran, en cambio, el Estado es para lograr bienestar en la población y libre competitividad entre los que hacen negocios. De ahí que se pone en riesgo la gobernabilidad porque el Poder descansa en el pueblo.
Releyendo a Bosch, y aquél proceso, porque ahora escribo un libro titulado “¿Qué pasó entre Bosch y Peña Gómez?” encontré una diferencia ideológica entre afiliarse e inscribirse, lo primero es invitarte a participar y lo segundo anotarte para usarte ¿Se entienden las diferencias?