El debate público entre candidatos es un elemento tan importante a nivel internacional que en muchos países se contempla como obligatorio en sus leyes electorales.
La organización de debates televisados en el marco de una campaña electoral busca dar a conocer, sin muchos adornos ni maquillaje y con mayor precisión, las propuestas de aquellos que pretenden llegar al poder o continuar en él, permitiendo que los votantes conozcan con más realismo las capacidades e ideas de los candidatos, a fines de tomar una decisión más acabada de caras a unas elecciones.
En este sentido, la Asociación Nacional de Jóvenes Empresario (ANJE) tuvo la iniciativa en el 1998 de estructurar debates televisados y transmitidos a todo el país de los principales candidatos en elecciones congresuales y municipales como las venideras.
Sin embargo, las últimas veces, se le hizo muy difícil. Y es que, a pesar de esfuerzos colectivos no sólo de ANJE sino de una gran parte de la población que entiende que el debate es una herramienta necesaria para enriquecer el panorama político y la opinión de los electores, muchos candidatos, la mayoría de ellos alcaldes y legisladores en ejercicio, se negaron rotundamente a la posibilidad de debatir con sus contrincantes, negando a su vez al público la oportunidad de contrastar propuestas y lesionando por ende el sistema democrático en la República Dominicana.
Este miedo a debatir que tienen algunos candidatos hizo que, lamentablemente, ANJE haya tenido que suspender el programa de debates que tenía pautado en la campaña previa a las elecciones de 2010, explicando en una rueda de prensa que a pesar de la actitud valiente y abierta de algunos candidatos, la firme posición de rechazo de otros los obligó a tomar esta decisión tan nefasta para el país.
Debo decir que entiendo, sin embargo, el temor a debatir de unos cuantos. Y es que, a diferencia de su típica y acostumbrada participación en medios de comunicación que se constituyen en verdaderas oficinas de relaciones públicas y propaganda, en esta ocasión, frente al escrutinio de un opositor, se les haría más difícil inflar sus propuestas y mentirle a la población, además que, los que están en funciones, probablemente sean requeridos a rendir cuentas de lo que han hecho estando en el poder, para lo que, posiblemente, no todos tengan respuestas satisfactorias.
A pesar de esto ANJE no se rinde, y con admirable persistencia recientemente anunció que está trabajando en un programa de debates de candidatos previo a las elecciones de 2020. Ojalá sea más participativo en esta ocasión.