Los debates sobre una modificación constitucional para una posible repostulación del Presidente Danilo Medina se han convertido en prioridad nacional. Por tales motivos, me gustaría expresar algunas reflexiones.
En el año 2015 el Presidente Danilo Medina contaba en principio con el apoyo de 16 miembros del Comité Político del PLD y luego se sumaron los 6 que estaban “esperando ver qué pasaba”. Estos 25 decidieron en favor de la reforma para la repostulación del 2016. Hoy, son 30 miembros del CP con los que cuenta claramente Medina.
Leonel Fernández, en las encuestas con credibilidad y prestigio en las que sale mejor, aparece con un 40 por ciento, que es 20 puntos menos que los que tenía en ese mismo periodo en el 2011 Hipólito Mejía, quien tenía un 60 y un año después perdió las elecciones.
También en la mayoría de esas encuestas se plantea que ante una candidatura de Danilo Medina no habría segunda vuelta, pero sin dudas la segunda vuelta es inevitable en una candidatura de Leonel Fernández, corriendo éste el riesgo de sucumbir ante una oposición unificada y alimentada por el voto de rechazo de sectores no partidistas que repudian su entorno.
Por otro lado, la popularidad del Presidente Medina es fenómeno de estudio en la política internacional, puesto que aún en los mejores gobiernos, luego de 2 períodos en el ejercicio del poder, lo natural es una baja importante en los números debido a un proceso normal de desgaste y con Medina no parece ocurrir.
Y aunque hay quienes quieren comparar el escenario actual con el planteado para Leonel Fernández de caras a las elecciones del 2012 cuando algunos grupos le pedían que buscase la reelección, es necesario recordar que él ya tenía 3 periodos gobernados, por lo que no se puede tratar con igualdad situaciones desiguales.
Ha sorprendido ver cómo una parte del PLD, partido que se ha manejado siempre de forma más calculadora y menos visceral que los demás, se ha dejado obnubilar por el fanatismo, se niega a ver los errores de otros para aprender en cabeza ajena y teniendo una figura que prácticamente les garantiza el triunfo pretendan imponer al candidato que pierde. No obstante, es oportuno recordarles que no ha habido en la historia política dominicana algún caso de un Presidente en el poder que haya intentado la modificación de la Constitución para variar el tema de la repostulación y no lo haya logrado.