Magín Díaz afirmó que sí se debe hacer una reforma fiscal porque el país se está alejando de la posibilidad de obtener el grado de inversión que permita que sea calificada con bajo riesgo y, por lo tanto, tener acceso a financiamiento más barato y atraer más y mejores inversiones. Advirtió que sin reforma es posible que aumente el riesgo país y de paso las tasas de interés locales para mantener la estabilidad macroeconómica. Lo que significa que el país está en una encrucijada en la que tiene que tomar decisiones difíciles. El consenso perfecto es imposible, pero al menos hay que llegar a un acuerdo que permita que el Gobierno aumente su recaudación y para eso, las señales deben darlas los empresarios.