Esa versión de la CIA que recopila el testimonio de un teniente miembro del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) que señala que cuatro de los que mataron a tiros a Trujillo, fueron escondidos en una habitación de la casa del Dr. Reid Cabral y su esposa Ligia Fernández, una pareja de médicos pertenecientes a una familia de confianza de los EEUU. Y que se produjo un hecho perpetrado por Antonio de la Maza frente a Juan Tomás Díaz, Salvador Estrella y Roberto Pastoriza que eran hombres que sabían lo que hacían y las implicaciones que tenía matar al jefe. Esa versión, no es creíble porque no coincide con los testimonios e investigaciones recogidas de la época, aunque lo diga la CIA.