Es una obligación de todos en EEUU, luego de sobrevivir a dos intentos de homicidio. El gobierno de Biden le aumentó la seguridad para que no haya ninguna duda sobre su accionar y dejó en manos del congreso, que es el encargado de suplir al Servicio Secreto, decidir si se precisa de más agentes. El problema, es que si se analiza la historia de los estadounidenses vemos que el comportamiento natural del votante es apoyar al candidato que no sea del agrado del “establishment” por eso, en el caso de Trump tememos que, si él no hace un pacto urgente con los “poderosos” sobre sus posiciones contra la guerra, OTAN, los judíos y los chinos, terminará con igual suerte de John F. Kennedy.