Hay que hacer dos cosas para tener una buena reforma carcelaria, primero, liberar a los presos preventivos, revisar los 26 mil expedientes y darles seguimiento. Es una injusticia mandar una persona a la cárcel a su suerte sin que las autoridades tengan el control de su caso porque en la práctica estamos enviando a preventivos a la cárcel perpetua. No podemos seguir con un 67% de presos preventivos. Hay incluso, personas con enfermedades mentales detenidas, en vez de estar en un hospital psiquiátrico. Segundo, hay que terminar las dos cárceles y con eso se logra el 80% de las reformas porque la Procuraduría no puede tener tantas acciones a su cargo.