El Metro de Santo Domingo ha demostrado que es una obra necesaria para el desarrollo de esta ciudad, y la continuación que han dado nuestros gobiernos, lo coloca como un verdadero proyecto institucional y vital para los miles de usuarios que a diario lo utilizan para trasladarse a sus centros de trabajo, estudio o realizar otras diligencias.
En los últimos días he sido testigo de su utilidad, pero también de sus situaciones y oportunidades de mejoras previstas por las actuales autoridades.
Ese medio de transporte, por lo menos en la Línea 2, está a su máxima capacidad, principalmente en las horas de mayor traslado de personas, como es entre las 7:00 y 8:00 de la mañana, y 4:00 y 6:00 de la tarde. Los trenes salen prácticamente repletos desde la estación Concepción Bona, pese a la medida de control de entrada de pasajeros tomadas en los últimos días desde ese punto de partida.
Ese aumento de la demanda de transporte, aunque refleja muy bien el paso agigantado de nuestra economía, porque la mayoría de esas personas se dirigen a sus lugares de trabajo, a prestar servicio, elaborar productos y ponen a circular dinero, resulta una buena solución de traslado “incomoda” para los usuarios, quienes vienen muy apretados y expuestos a otras situaciones.
Ese uso intensivo del Metro de Santo Domingo por parte de una gran parte de los ciudadanos, muestra que es necesaria la continuación de su ampliación, como lo está realizando el gobierno del presidente Luis Abinader, con la acertada extensión de la Línea 2, desde la parada del kilómetro 9 de la autopista Duarte hasta la entrada de Los Alcarrizos, en conjunto con la construcción de un teleférico en ese sector, para facilitar el traslado a los residentes y visitantes a esa zona de la provincia Santo Domingo.
Además, el Gobierno, consciente del aumento de la demanda de uso del Metro, está en proceso de adquisición de ocho trenes, de tres vagones cada uno, para ampliar la capacidad de la Línea 1, con una inversión de más de 48.4 millones de euros, los cuales deben llegar al país en el primer semestre de año.
Conjuntamente con la extensión del Metro a decenas de kilómetros, debemos continuar la adquisición de trenes con más capacidad, para hacer frente a las necesidades presentes y futuras de usuarios, quienes merecen un transporte masivo, cómodo, económico y ágil, como es el Metro en las horas de menor demanda.