Al buscar un empleo hay muchos factores a tomar en cuenta, pero lastimosamente, no lo hacemos. Tenemos un punto claro y es que éste sea bien remunerado económicamente, porque bueno, hay que pagarnos la vida.
Un reclutador o encargado de Recursos Humanos puede enumerar ante nosotros decenas de beneficios que podremos obtener al laborar en su empresa, pero sino menciona la remuneración económica registramos que dejó lo más importante de lado, y saltando todo eso hacemos la pregunta que nos interesa, “¿cuál es el salario?”.
Y no, esto no está mal, después de todo trabajamos para recibir dicho pago. Pero he visto tantas veces cómo éste queda de lado cuando el ambiente laboral no resulta ser lo suficientemente sano por ejemplo, y el salario emocional, menos aún.
“¿Salario emocional?”, te estarás preguntando… sí, este existe y no es más que aquel que abarca todos aquellos beneficios no económicos que te permiten satisfacer necesidades personales y la calidad de vida, como la conciliación familiar, la formación continua o el bienestar físico y emocional, entre otros.
Debes tener en cuenta que el salario emocional es subjetivo, es decir, que la importancia de cada beneficio dependerá de la persona.
Puede que, en tu caso, te interese más trabajar en una compañía que te permita tener tiempo libre, mientras que para otra persona resulte más atractivo que existan planes que le permitan formarse (diplomados, maestrías y demás).
A otros les suma el reconocimiento de su trabajo, (halagos, bonos por desempeño u otras facilidades).
En cualquiera de los casos, este salario es de suma importancia; ¿por qué? Bueno, tanto para los empleados como para las empresas, las iniciativas de salario emocional tienen una repercusión muy positiva.
Los empleados sienten que sus necesidades personales, más allá de lo económico, se tienen en cuenta y se sienten más valorados, por lo que se sienten más motivados también y esto hace que su nivel de compromiso hacia la empresa crezca al mismo tiempo que su productividad.
Para las compañías, el salario emocional se ve reflejado en una mayor implicación por parte de los empleados para alcanzar los objetivos.
El trabajo es una de las actividades a las que más tiempo y esfuerzo dedicamos. En mi caso particular paso más horas de mi día en el trabajo que con mi hijo, así que, aunque no veamos el salario emocional reflejado en una cifra de la nómina mensual, los beneficios sí se notan en nuestra vida profesional y personal. Préstale atención.