Las relaciones no vienen en cigüeñas, no se compran en subastas, tampoco las encontramos en una oferta especial, porque son resultado de una construcción. Ciertamente, no tenemos las relaciones que anhelamos sino las que construimos. Las relaciones valiosas cuestan, se paga un precio, implica perseverar en las subidas para evitar caídas y en las bajadas para no rendirnos… Las relaciones son decisiones serias, son pacto, determinación y compromiso, son sacrificio y mucha constancia antes de saborear el fruto más dulce. Se trata de amar las diferencias y ser pacientes en las incongruencias. Y si, dije amar, porque nada llega lejos o perfuma el alma sin ser esa clase de amor profundo, puro antitóxico, desinteresado, luchador… El amor lucha limpiamente porque no busca lo suyo busca lo nuestro sin cobardías.