Algunas personas no se sienten preparadas para ver el progreso de otros lejos del propio o sin que tengamos nuestra participación en el proceso, cuesta examinar los sentimientos y luego soltar sin exigir o alegrarse sin celar, comprendiendo que se dan situaciones que nos separan en la vida pero no en el corazón. Dios sabe hacer conexiones tan auténticas como sagradas que pueden resistir los vientos externos y los remolinos internos… La madurez como el amanecer alumbra cuando ponemos el bienestar común sobre el individual. No siempre estamos conscientes de que al propiciar lo mejor para el otro podríamos perder el bien propio en el proceso… La vida no es justa pero Dios es fiel, Mientras ésta separa a niños de hombres, Dios une tu mejor versión con tu mejor temporada.