Dios en su capacidad impresionante de creer en el hombre nos dio la facultad de elegir nuestros caminos y de ello depende si viviremos en maldición o en bendición. ¡Es nuestra elección! A pesar de que podemos elegir ser bendecidos y ser una bendición para otros vemos por todas partes gente rota, en depresión y todo tipo de escasez, ¿por qué? La palabra dice en el libro de Job que si escuchamos atentamente a Dios y le servimos, terminaremos nuestros días en prosperidad y nuestros años en delicia… Entonces, ¡prosperar comienza con escucharle y continúa con servirle! La prosperidad es la demostración de que Dios es el Señor de nuestro corazón y la obediencia de que es el Señor de nuestra vida. ¡Obedecer es elegir a quien nos escogió primero!