ESCUCHA ESTA NOTICIA
|
Nunca debemos obviar que un servidor del Estado tiene derecho a no responder a la prensa ante alguna pregunta o situación incómoda, incluso en algunos casos puede evadir de manera inteligente sin afectar su imagen, pero eso lo da la experiencia.
Recuerdo que cuando era novata, cubriendo la fuente del Palacio Presidencial hice una pregunta de un tema que estaba en la palestra pública a un ministro de entonces, este me respondió con una arrogancia y prepotencia que “esa no era su competencia”, me miró con altivez y se marchó molesto, como peleándose hasta con el aire que respiraba.
No viene al caso decir el nombre de aquel exfuncionario, porque ustedes dirían: “Pero ese es un animal con ropa”. Lo cierto es que yo no lo sabía en ese momento, no lo conocía bien y me estaba estrenando como reportera… ¡Son cosas que pasan! Hoy él ya no está en el poder y goza de un alto rechazo social.
Mi carrera me ha permitido crecer en todas las áreas de la misma, y eso lo agradezco a la vida y a los colegas que me enseñaron periodismo: mis maestros. Si ustedes oyen a un periodista defendiendo a los de su clase, es porque sabemos las vicisitudes que atravesamos y a lo que nos exponemos en el día a día, pero sobre todo a la presión cuando hay un caso de envergadura al que hay que darle cobertura.
Cuando hay casos que ameritan cobertura de lleno, los colegas se pasan el día hasta sin comer haciendo su trabajo y esperando, si acaso, un relevo. Con el cansancio, el hambre y la presión de sus jefes, buscan las reacciones de los actores y así en ese estado, deben llegar al medio para el que laboran y terminar el trabajo.
Sé que hay momentos difíciles que ameritan prudencia hasta para abordar a algunas personalidades, pero los periodistas deben hacerlo porque es su trabajo. También sé que hay colegas con un estilo que no apruebo porque caen en lo poco profesional ante la imprudencia y el irrespeto… eso no lo aplaudo ni lo promuevo.
A los funcionarios les digo: no dejen que lo emocional derive en un mal manejo cuando la prensa los aborde, recuerden que el poder y los cargos son pasajeros. A mis colegas: seamos respetuosos a la hora de hacer una pregunta, en especial en momentos de dolor ante una pérdida, pero sobre todo, respetemos a quien no quiera hablar.
¡Gracias por leerme!