Robert F. Kennedy Junior es el hijo del Senador Robert F. Kennedy y sobrino del presidente John F. Kennedy, ambos asesinados en la década de los 60.

Estudió en Harvard University, se graduó de abogado en Virginia School of Laws y obtuvo su Maestría en Leyes en Pace University. En su práctica profesional, se distinguió por proteger las aguas del Hudson River, desde su nacimiento hasta su desembocadura, y por fundar el Waterkeeper Alliance, responsable hoy día de 350 grupos, en 48 países del mundo, que logran que el agua se mantenga limpia para sus usuarios.

Gracias a este desempeño la New York Magazine le dedicó una portada titulada “El kennedy que importa”. Y el presidente Obama lo consideró para dirigir la Agencia para la Protección Ambiental.

Se distinguió además por ganar el monumental Roundup case (en contra de industrias que usaban pesticidas cancerígenos), por defender los derechos a conservar sus hábitats naturales de comunidades indígenas en Cánada, Chile, México y Ecuador, y por criticar fervientemente al ejército americano, por los daños ambientales que provoca.

Fundó el Children Health Defense, con la misión de proteger a los niños de exposiciones tóxicas, y ha inspirado a miles de personas a tomar en serio su salud. Él mismo es un ejemplo de resiliencia: se rehabilitó en un centro por consumo de drogas, está muy “en forma”, y a pesar de sufrir de disfonía espasmódica (que le provoca una voz temblorosa), se presenta a la vida pública y desafía su condición.

Ha escrito varios libros sobre Salud Pública, entre los que se distingue The Real Anthony Fauci, donde denuncia la peligrosa corrupción imperante entre las farmacéuticas y las agencias gubernamentales. Y ha promovido teorías anti vacunas, porque las relaciona con el alto índice de autismo.

Al irse del Partido Demócrata, por entender que hacía décadas que éste se había divorciado de los valores que respaldaban su padre y su tío, dio su apoyo a Donald Trump.

Ahora está nominado por el presidente Trump al cargo de Secretario de Salud y estuvo siendo bochornosamente cuestionado por senadores, evidentemente “vendidos” a los intereses de las grandes farmacéuticas. Durante estos cuestionamientos prácticamente no se entendía la sensatez de sus posturas (en contra del alto contenido de azúcar y toxinas en los alimentos y a favor del ejercicio de resistencia y la exposición al sol), porque apenas lo dejaban hablar, lo interrumpían constantemente, lo hostigaban y ridiculizaban, sin la más mínima consideración a la condición neurológica que afecta su capacidad de vocalizar.

Su prima Caroline acaba con él en los medios de comunicación. Lo ha llamado “depredador”. Quizá le molesta que ella no pueda exhibir tantos logros tangibles en su paso por esta vida.

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